Nace SinGuasa, un servicio de mensajería instantánea seguro, anónimo y autogestionado

El proyecto ha sido desarrollado por el Sindicato de Telecomunicaciones y Servicios Informáticos de la Federación Local madrileña de la CNT.

En una época en la que el empleo de servicios de mensajería instantánea como WhatsApp o Line está ampliamente extendido, nace un nuevo servicio que pretende dar respuesta a las razonables preocupaciones de la gente por el uso que pueden dar las grandes corporaciones a sus informaciones y documentos privados. Y es que SinGuasa ofrece un servicio de mensajería instantánea tipo chat, muy similar a los anteriores, pero seguro y anónimo, garantizando la privacidad de las comunicaciones.

Además, el sistema ha sido desarrollado de forma autogestionada, sin subvenciones de ningún tipo, por trabajadores y trabajadoras del Sindicato de Telecomunicaciones y Servicios Informáticos de la CNT de Madrid. Es decir, que se trata de un proyecto anarcosindicalista que ofrece una alternativa real a los medios capitalistas, potenciando así la organización de los trabajadores y trabajadoras entre iguales, sin recurrir ni depender en modo alguno de la clase empresarial, financiera o política.

Si quieres saber más sobre este innovador servicio de mensajería o darte de alta para empezar a usarlo, no tienes más que seguir los pasos que encontrarás en la web de SinGuasa. Un servicio que, como han anunciado desde el STSI, se trata sólo del primer paso de un proyecto que pretende llevar la autogestión a otros tipos de comunicación, como el correo electrónico o la videoconferencia.

Federación Local de Valencia
Confederación Nacional del Trabajo (CNT)

SinGuasa

CNT en el Primer Encuentro Anarquista del Mediterráneo

CNT asiste al Primer Encuentro Anarquista del Mediterráneo celebrado en Túnez los días 27, 28 y 29 de Marzo para compartir experiencias y praxis con organizaciones del Magreb y de Europa. Coincidiendo en el tiempo con el Foro Social Mundial (FSM) también en la misma ciudad, los organizadores del encuentro anarquista pretendían aprovechar el clima político permisivo enmarcado en el evento oficial y garantizar la seguridad de los asistentes, además de tratar de visualizar, desde la modestia, otra perspectiva social y transformadora al margen de la línea oficialista de la FSM. En un ambiente de turbulencias políticas que pide a gritos un cambio social, donde las paredes hablan de libertad e incluso se pueden ver “A” circuladas y mensajes políticos por doquier trascurrieron varios actos de calado político. Por un lado estaba el FSM, que encarna el posibilismo del capitalismo blando que vislumbra el interclasismo en un marco de relaciones supeditadas a la representatividad parlamentaria-laboral e institucional. En la otra vertiente tuvo lugar durante tres días y de forma alternativa nuestro modesto encuentro que consiguió aunar unos cincuenta asistentes pertenecientes a organizaciones del entorno libertario de Francia, Italia, España, Kurdistán, Bielorrusia, Argelia, y Túnez entre otros. El objetivo era fundamentalmente compartir experiencias internacionales para encontrar puntos de vista comunes que pongan la primera piedra de un posible intercambio de trabajo e impulsar de alguna forma los colectivos tunecinos en un momento crucial para el florecimiento del anarquismo.

Hay que considerar que las elecciones legislativas celebradas en 2014 han cercenado las expectativas revolucionarias y sociales acaecidas en los tiempos de la revolución del 2011. El derrocamiento de Ben Ali y la puesta en escena de otros agentes políticos que frenéticamente han pugnado por ostentar cotas de poder, han servido para instaurar una balsa de aceite política que ha desvirtuado el significado de las luchas sociales. Indistintamente tanto la izquierda como la derecha han cerrado filas en un férreo modelo de Estado.

Los tunecinos asisten a un momento de regresión de las libertades y los derechos humanos, maquillados en una democracia inconsistente. Los militares en las calles y el Estado policial dan cuenta de un entorno político frágil apunto de eclosionar de nuevo. No se ha olvidado del todo las revueltas que tuvieron un trasfondo connatural y horizontal en muchos de los aspectos. Los grupos anarquistas que poco a poco se definen y desmarcan de otras corrientes políticas no emancipadoras, tratan de hallar su espacio social y desarrollar praxis de autoorganización.

Los tiempos de colonización económica son otros. El establishment y la Troika propician los tratados económicos desde una perspectiva de estabilidad de un norte de África geoestratégico donde la terciarización sectorial y el asentamiento transnacional es la punta de lanza para la región. El neoliberalismo apuesta por las vías democráticas que a la larga son más rentables, aunque no sin un halo despótico que trastoca el contrato social al pulso de los emporios económicos. Es pronto para poder constatar el sindicalismo revolucionario, aunque las condiciones socioeconómicas auguran un posible escenario donde cabría considerar un sindicalismo sui generis en un marco legislativo de relaciones laborales restrictivas. Por consiguiente, la atomización de la clase trabajadora y una sociedad en construcción abocadas a la precariedad laboral, adolecen de instrumentos de lucha no solo para la emancipación social, sino para garantizar las coberturas públicas mínimas y hacer frente al desempleo masivo. Sin duda existe una necesidad de desarrollar el anarcosindicalismo u otras modalidades de organización colectivista que recuperen el espacio abandonado por el Estado y por partidos políticos que no tienen capacidad de organizar la sociedad. En general el entorno anarquista tendrá que debatirse en un terreno farragoso de libertades donde las legislación antiterrorista trasgrede más si cabe los derechos humanos y de asociación. El reciente atentado terrorista en el museo del Bardo o el desarrollo militar de ISIS en la zona fronteriza con Argelia, no hace más que enrocar las políticas hacia una dictadura encubierta. Cualquier manifestación de la sociedad es susceptible de ser considerada terrorista y se vive la opresión. Al final el único beneficiado de estos sucesos es la efervescencia estatal y la instauración de una seguridad policial desenfrenada. En la manifestación del 29 de marzo en repulsa a los atentados terroristas, capitaneada por grandes mandatarios internacionales, incluido el ministro de exteriores español, tenía una carga emocional que conducía la sociedad a los valores patrios con el único lema de la bandera nacional.

Son tiempos interesantes para apuntalar el anarquismo y ser partícipes con nuestros compañeros del Magreb en este empeño, pero también son tiempos difíciles para las organizaciones libres y sociales. Terminar con unas palabras de agradecimiento a las secciones de la IFA (Internacional de Federaciones Anarquistas) que han sido parte de la organización del evento con los compañeros tunecinos y han hecho un acto abierto en el que hemos podido participar. Dentro de las limitaciones del formato y del tiempo dimos a conocer algunos aspectos de CNT y leer las salutaciones de nuestra internacional AIT (Asociación Internacional de los Trabajadores). Especialmente reconocer la labor de la Commun Libertaire tunecina que ha hecho que esto sea posible, y a las FFE, Asociación Victoria Para Mujer Rural, etc., que han dado a conocer unas experiencias de lucha necesarias para entender la realidad tunecina.

Secretaría de Relaciones Exteriores e Internacional de CNT-AIT

Fotos: Carlos Martín

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[8A] Concentración en solidaridad con las presas en huelga de hambre

La mañana del 30 de marzo nos despertamos con la noticia de redadas, patadas en la puerta y registros de Centros Sociales Autogestionados, en una escalada permanente de criminalización del movimiento anarquista. Ahora fueron 37 personas detenidas por formar parte de una supuesta organización anarquista GAC, pero desde el 2013 organización que sirve de coartada para que se vayan produciendo detenciones periódicas y tejiéndose el mensaje de la violencia y peligrosidad de cualquier organización anarquista y demovimiento okupa, asimilando sus actos al terrorismo y la lucha yihadista con la voluntad de retirarles el apoyo social.

El día anterior nos había llegado la preocupación de diversas organizaciones de derechos humanos ante la detención y criminalización el pasado día 25 de profesionales de reconocida trayectoria en el campo del trabajo en salud y derechos humanos; detenidas por el hecho de atender y acompañar a personas de todos los sectores sociales y políticos incluyendo a personas vinculadas al movimiento abertzale. Personas que estuvieron detenidas o presas o lo están aún con problemas médicos o psicológicos y familiares de personas que han estado o están presas. La información oficial de la operación Pastor, como denominaron a sus detenciones señalaba que se trataba de personas colaboradoras con ETA.

La semana anterior, el Tribunal Supremo, en el recurso por las acusaciones en “rodea el parlament”; cambió su tradicional respeto a las sentencia de la Audiencia Nacional si no encontraba elementos de juicio diferentes, para condenar a quienes habían sido absueltos por esta, modificando la doctrina que hasta ahora se había tenido en cuenta, y declarando de mayor importancia y protección el derecho de representación de quienes votan que los derechos fundamentales de expresión y manifestación, condenando a tres años de prisión a 8 de los encausados.

Y mientras tanto en las cárceles continúa la represión y la inculcación de los derechos de la población reclusa, a espaldas del resto de la sociedad, para quienes son sombras de las que apenas si les llega el ruido del gasto generado al estado su mantenimiento 107 días de huelga y el internamiento del recluso Javier guerrero Carvajal no ha merecido ni una sola línea en los medios de comunicación, solo las organizaciones en defensa de los presos y presas se han ido haciendo eco de la evolución de la huelga de hambre comenzada por varios reclusos reivindicando el respeto de los derechos humanos en los centros penitenciarios; centros en los que a pesar de ser uno de los países con menor índice de criminalidad en Europa, van a parar mayor número de personas, adocenadas y en manos de un Estado represor que oprime y ejerce su violencia con mayor fuerza en aquellos que pretenden vivir con dignidad, incluso en las cárceles.

Solidaridad con los presos en lucha
Solidaridad con los compañeros detenidos

Concentración huelga de hambre

Ante la emergencia social ¡no hay tiempo que perder!

CARTEL-EMERGENCIA-SOCIAL-VALENCIAEs un hecho constatable, que ya podemos palparlo a diario y que se demuestra por los hechos y las cifras, la clase trabajadora vivimos en una situación de auténtica emergencia social: el desempleo es una carga que soportan más de 5.500.000 personas, siendo la mitad los/as que lo hacen desde hace más de dos años. De entre los/as más jóvenes, el 52% no encuentra un empleo y entre los/as mayores de 55 años, suman el 19%. La peor parte la reciben los 2 millones de hogares que actualmente se encuentran con todos sus miembros parados/as, una cifra exactamente igual a la de los/as mayores de 45 años sin trabajo. Las consecuencias no podrían ser otras que el inminente riesgo de pobreza que amenaza al 27% de la población y que se ceba con los más de 2,5 millones de niños/as, que viven en hogares sin apenas recursos. Algo que no dista mucho del 12% de los trabajadores/as que aún en activo se encuentran en ese umbral. Lo que obliga a las familias a elegir entre las necesidades básicas o el desalojo de su vivienda (un drama que ha afectado a una media de 570 hogares al día desde que comenzó la crisis). En cuanto al acceso a estudios superiores, 45.000 estudiantes se han quedado fuera este año por el aumento de tasas y matriculas y 700.000 chavales/as han dejado de ser becados/as en comedor y material escolar en la educación obligatoria. No es diferente para jubilados/as y pensionistas, que se ven afectados/as por la paulatina pérdida de poder adquisitivo gracias a una triquiñuela legal del gobierno en esta materia. Un saldo revelador de la situación es el medio millón de personas que han abandonado el país, alrededor de 200.000 son nacidos/as en España y el resto que regresan a sus respectivos países (INE/medios Octubre 2014).

 

hospiEl panorama social derivado de los eufemísticamente llamados planes de ajustes, que los distintos gobiernos han llevado a cabo en algunos países europeos, especialmente los mediterráneos, no es más desolador que el mismo futuro que se nos augura a la clase trabajadora, si siguiéramos permitiendo este frontal ataque a nuestros derechos y por lo tanto, a nuestras condiciones de vida. La política de la austeridad que nos ha sido impuesta, no será tan pasajera ni tan sencilla de revertir como se han ocupado de escusar los dirigentes políticos. A diferencia de los discursos que llegan desde el FMI, el BCE o toda la amalgama de élitehospis financieras, que no necesitan de disculpa ni control y entienden que el desproporcional aumento de la desigualdad ha venido para quedarse. Los recortes, el desmantelamiento de recursos y servicios públicos, la pérdida de derechos laborales o la exclusión social generalizada, ya han sido refrendadas por decretos y leyes que lo van a mantener en el tiempo y que además, se encuentran sometidas al chantaje económico global a través de una deuda ilegítima fruto de la especulación y el enriquecimiento de unos/as pocos/as. Es el capitalismo refundado del que oímos hablar en 2008, la vuelta de tuerca que el neoliberalismo necesita para su propia supervivencia en una huida hacia delante que deja en la cuneta a la mayoría de las personas.

casaEs por esto que decimos que el tiempo corre en nuestra contra, en la de los/as que estamos sufriendo las graves consecuencias de un sistema económico escudado en otro político, que lleva mucho tiempo anteponiendo el beneficio a la gente. Nosotros/as mismos/as, los/as que hemos visto las expectativas frustradas y nos han robado la posibilidad de prosperar, los/as que hemos visto a nuestros hijos/as salir del país con una licenciatura bajo el brazo, como única salida para emprender una carrera profesional o a nuestros/as padres y madres obligados/as a aceptar condiciones regresivas en sus trabajos de siempre, bajo la amenaza de la impotencia que supone verse sin sustento a los 50. Hemos visto ya a algunos/as de nuestros/as vecinos/as sacar a toda prisa las pertenencias de sus hogares bajo una orden de desahucio y hemos visto también, a los/as más pequeños/as con hambre en el colegio. Los/as que nunca lo hicieron pero ahora sufren de depresión, de ansiedad o de estrés, porque en el fondo sabemos que estamos aguantado demasiado y esta situación nos supera. También hemos asistido, a veces impasibles, a como se maltrataban los derechos y las vidas de trabajadores/as venidos de otros países, con los/as que nos han intentado enfrentar en un juego del último contra el penúltimo. Somos los/as que se han quedado sin ayuda a la dependencia para los que más la necesitan de la casa, los/as que nos hemos quedado sin cultura, sin la biblioteca por hacer, sin polideportivo o se ha estropeado una acera, unos bancos del parque que nadie viene ya a arreglar. Porque nos hemos dado cuenta de que nuestros impuestos pasaron a ser un jugoso negocio para corruptores/as y corrufabricaptos/as.

fabricaSomos nosotros/as de igual modo, los/as mismos/as que en los últimos años nos rebelamos ante los atropellos cada vez más mortíferos. En ese camino hemos comprobado que éramos una mayoría que hasta entonces nos creíamos en minoría, consiguiendo salir del aislamiento social en el que nos tenían instalados/as y sintiéndonos arropados/as por quienes nos acompañaban y se reconocían en nuestros problemas. La lucha nos ha dado esperanza y nos ha devuelto la ilusión, hemos aprendido que es justa y urgente para nuestra supervivencia y que si persistimos, nos es útil y se pueden recoger frutos que también se pueden palpar: un desahucio que no se ejecuta por la presión vecinal, un ERE que frenan los trabajadores/as que se empeñan en defender su puesto de trabajo, un ambulatorio que se resiste a la gestión privada con un encierro de usuarios/as y profesionales, unos estudiantes dejando en evidencia a la LOMCE o los más mayores sacándole los colores a la banca por una estafa monumental. Son los ejemplos reales de que luchar hoy sirve, de que necesitamos y queremos encontrarnos como pueblo, para provocar y construir un cambio a favor de mejorar nuestra vida y ganar nuestro lugar encasa una sociedad mejor, el lugar de los/as que ponemos el mundo a girar.

La CNT es nuestra apuesta y nuestra herramienta, un sindicato de trabajadores/as que mediante las secciones sindicales se organiza en los centros de trabajo. Fuera de la estructura de los comités que se han demostrado contrarios a nuestros intereses más básicos y apostando por los espacios independientes de la empresa, donde los implicados/as hablen y lleguen a acuerdos en una asamblea que garantiza que las decisiones sean colectivas y que recojan el espíritu del anarcosindicalismo. En el sindicato nos organizamos de manera que todos/as tenemos voz y voto en las cuestiones que atañen a su funcionamiento y participamos de las propuestas, que como organización defendemos ante la sociedad. La horizontalidad y la autogestión son nuestras señas de identidad, gracias a mecanismos que limitan el poder y supervisan la tarea de los cargos y de los delegados sindicales; así como la independencia económica que proporciona rechazar las subvenciones estatales. Asociarnos en el sindicato es nuestra defensa y también es nuestra manera de implicarnos en la transformación social a la que aspiramos, construyendo desde y para los/as de abajo sin pasar por una política con finalidad electoral, en la mayoría de ocasiones viciada por las circunstancias propias del poder, en la que perderíamos la capacidad de intervenir de manera plena.

Federación Local de Valencia
Confederación Nacional del Trabajo (CNT)

(Campaña original de CNT, Federación Comarcal Sur Villaverde)

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CNT en contra de la persecución al movimiento anarquista

CNT se solidariza con todos los detenidos en la operación policial del 30 de marzo.

El estado vuelve a recurrir a la represión e intenta de nuevo criminalizar la ideología y los colectivos anarquistas. Para ello, pone en marcha toda su potencia mediática y judicial, tratando así de instalar en la sociedad un clima de miedo e inseguridad que justifique la aprobación y aplicación de nuevas leyes, cada vez más represivas y reaccionarias. Necesitan un enemigo y lo fabrican. Primero hacen leyes; después buscan culpables a los que aplicárselas. Con todo esto pretenden esconder al servicio de quién está toda la maquinaria del estado, que no es otro que las grandes empresas y la banca.

Cuando, a pesar de la llamada a participar en los procesos electorales, se mantiene o aumenta la respuesta en la calle contra todos sus recortes sociales y laborales y la pérdida de derechos, el estado necesita reforzar sus herramientas represivas y de control social. Y las pone en marcha contra aquellos que se le enfrentan.

Las detenciones y registros de hoy se producen, precisamente, pocos días después de que se aprobara la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como Ley Mordaza, a la cual no sólo se oponen los movimientos sociales y sindicales más combativos: instituciones tan poco sospechosas de ser «terroristas anarquistas» como ONG´s y otros movimientos sociales, la Unión Europea o la ONU también han manifestado su rechazo o sus reservas hacia ella.

La relación entre ambos sucesos nos parece nítida. Las operaciones policiales amparan la aprobación de una ley tan controvertida, jugando aquí el movimiento y los colectivos anarquistas el papel de víctimas propiciatorias: como no se presentan a elecciones ni tienen plaza fija en las tertulias televisivas, sus denuncias quedan apagadas por el ensordecedor ruido mediático. Al mismo tiempo que la ley genera alarma social y busca una base de apoyo a la política del ordeno y mando, reprime cualquier reivindicación que ponga en peligro su control sobre la respuesta social y sindical a sus ataques.

El único terrorismo real que sufre la clase trabajadora es el que se ejerce desde el poder: los desahucios, el paro, el desmantelamiento de la sanidad y la educación… Como gritamos en las calles, «violencia es no llegar a fin de mes». No podemos permitir que pisoteen nuestros derechos más básicos. Ayer detenían manifestantes y huelguistas. Hoy detienen anarquistas. Mañana serás tú. Y entonces ya será tarde.

No a la represión. No al encarcelamiento de quienes luchan.

Secretariado Permanente del Comité Confederal
Confederación Nacional del Trabajo (CNT)

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