En CNT defendemos que las empresas auxiliares de Ford no tienen trabajadores/as de segunda y que merecen las mismas condiciones que sus empleados/as directos/as
La fábrica que Ford gestiona en la localidad de Almussafes cuenta con una red formada por 150 empresas proveedoras. El trabajo que en ellas se desempeña es, por tanto, fundamental para que esta factoría pueda funcionar. Cabría esperar que las personas empleadas en toda esta cadena industrial tuviesen unas condiciones de trabajo dignas y equitativas. Sin embargo, encontramos notables diferencias entre la plantilla de contratación directa e indirecta. ¿Por qué existen para Ford trabajadores/as de primera y de segunda?
En CNT queremos que las personas empleadas en esas empresas proveedoras dejen de ser invisibles para la industria del automóvil en general y para la multinacional en particular. Hablamos de miles de trabajadores/as que posibilitan sacar adelante la producción desde el mismo Polígono Juan Carlos I de Almussafes, pero también desde otros centros en Picassent y en València. Se ocupan de piezas, transportes y materiales sin los que esa gigafactoría, directamente, no podría existir. ¿Por qué su situación no es atendida como merecen por la propia marca o los mal llamados “sindicatos mayoritarios”?
Tenemos constancia de que los/as trabajadores/as de esta industria auxiliar sufren mayor temporalidad y precariedad. Además, se tienen que acoger a distintos convenios colectivos debido a la dispersión de las empresas empleadoras; un hecho que también propicia la abundancia de Empresas de Trabajo Temporal (ETT) junto con Centros Especiales de Empleo. Todo ello dificulta una coordinación entre las diferentes plantillas para mejorar sus condiciones laborales. Por el contrario, los/as 6.200 trabajadores/as de contratación directa por Ford no solo gozan de mayor estabilidad y salario, sino también de un convenio colectivo propio y otras garantías. ¿Por qué esta injusticia pasa inadvertida para los medios de comunicación?
A ello hemos de sumar el contexto de la industria automovilística en sí, que está viviendo un cambio de paradigma ante el agotamiento de los combustibles fósiles. En concreto, se prevé que la producción se reduzca hasta la mitad entre 2024 y 2025, así como que la fabricación del coche eléctrico no llegue hasta el año 2026. Ese momento implicará una considerable disminución de la mano de obra necesaria en Ford, llegando hasta los 3.000 despidos, es decir, casi el 50% de la gigafactoría. Esto mismo se trasladaría a toda la red de empresas auxiliares, pudiendo afectar a más de 10.000 empleos. ¿Por qué nadie actúa para salvar a miles de personas de semejantes expectativas de futuro?
Con todo, en CNT queremos responder: porque para nuestro sindicato no existen trabajadores/as de segunda, porque la situación de cualquier puesto de trabajo merece ser bien atendida, porque las injusticias no se resuelven sin visibilización ni movilización y porque entendemos que todas las personas necesitan seguridad laboral. ¡Proponemos unirnos para exigir derechos y generar el cambio! Si quieres participar, recuerda que la afiliación es totalmente confidencial para las empresas.
