Desde CNT València tenemos una experiencia cercana que representa la precariedad del sector de los cuidados, la cual estamos intentando combatir
“No interesa que nos juntemos para luchar por nuestros derechos laborales”, afirma Verónica al poco de arrancar la entrevista para escribir este artículo. Hace seis años que ella trabaja en el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), un sector que percibe cada vez más individualista y más precario debido al interés de muchas empresas, las cuales se aprovechan del contexto socioeconómico de sus trabajadoras, porque en su gran mayoría son mujeres.
Siguiendo con las palabras de Verónica: “Por ejemplo, no nos pagan el transporte entre domicilio y domicilio ni nos dan los descansos de 15 minutos en las jornadas de seis horas. Muchas compañeras tienen miedo a perder el empleo están separadas, tienen hijos/as, pagan hipoteca o alquiler y son mayores de 40 años. Yo me quejo por todas porque tengo el privilegio de poder hacerlo”.
Las profesionales del SAD sienten, además, que la Ley de Dependencia no las tiene en cuenta, de manera que sus derechos laborales se ven coartados por las empresas que ofrecen estos servicios, todas privadas en el caso de la Comunitat Valenciana, según cuenta nuestra compañera sindicada. Por ello, entre las demandas de este colectivo profesional se encuentra que la gestión de los servicios de ayuda a domicilio pase a ser pública, entendiendo que así se garantizarían mejores condiciones de trabajo y, a su vez, un reparto más justo de esta asistencia. “De esta manera, también se acabaría con el copago que imponen algunas empresas privadas”, matiza Verónica.
Por otra parte, ella hace especial hincapié en la necesidad de formar equipos interdisciplinares que cuenten con las propias trabajadoras del SAD. “En algunos domicilios se nos solicita como servicio de limpieza. Es decir: hay gente que abusa del sistema público mientras que otra sí necesita realmente nuestra asistencia integral. Una visita anual de una trabajadora social no permite evaluar correctamente cada caso. Nosotras, en cambio, podemos aportar un conocimiento basado en lo que vemos y vivimos día a día”, argumenta Verónica.
A ello se suma la falta de un convenio propio, de manera que los salarios varían según empresas y cada vez tienden más a la baja, sin tener en cuenta las tareas o riesgos laborales que implica ser profesional de SAD. “Con este trabajo es imposible ser una mujer económicamente independiente”, reconoce nuestra compañera, que decidió sindicarse en CNT València porque necesitaba tanto información como apoyo para denunciar y mejorar su situación laboral.
De hecho, nuestro asesor jurídico, Antonio Ruiz, ha participado recientemente en un podcast que sirve como formación en este sentido. Concretamente, se trata de “Voces que cuidan”, el cual se enmarca en un proyecto artístico y de mediación cultural cuyo objetivo es recoger y visibilizar el relato de las trabajadoras profesionales del hogar, la limpieza y los cuidados; otorgándoles el protagonismo que merecen en sociedad. Sin duda, desde CNT también queremos contribuir a ello como sindicato.
Con todo, acabamos el artículo dando pleno espacio a la voz de Verónica, quien representa a muchas compañeras. Evidentemente, ellas expresan mejor que nadie su reivindicación: “Vamos solas a los domicilios de otras personas y eso supone un riesgo para nuestra integridad y nuestra salud física. En la gran mayoría de casas no hay grúas ni camas elevadoras, sino que trabajamos con lo que tienen y eso hace que suframos lesiones y que necesitemos bajas laborales. Esto debería contemplarse como enfermedad laboral. También nos gustaría que muchas compañeras puedan jubilarse a los 60 años o antes. Son unas luchadoras que ya están teniendo que medicarse para ir a trabajar por los dolores que suponen nuestras tareas y, ahora, hay que cuidarlas a ellas. En definitiva, me encanta mi trabajo, pero no sus condiciones laborales”, concluye.
Publicamos esta historia en vísperas del 8 de marzo, pero queremos matizar que la lucha contra la precariedad de los trabajos feminizados no es cuestión de un día, una semana o un mes. Desde CNT València entendemos que la igualdad es un valor a defender y a construir, incansablemente, durante todo el año. ¡Seguimos!