En el Día Mundial por la Salud y la Seguridad en el Trabajo visibilizamos una lucha recurrente para CNT: que las empresas cumplan con su deber en riesgos laborales
Parece que solo una pandemia mundial, que implicó un notable frenazo de la actividad económica, ha logrado dar una tregua en lo que a siniestralidad laboral se refiere en el Estado español. La vuelta a “la normalidad” ha implicado recuperar niveles previos a 2020. Es decir: poco o nada ha cambiado en lo que a prevención de riesgos y seguridad en el trabajo se refiere, lo cual también es un indicio de precariedad laboral. Desde CNT seguimos erre que erre y no tenemos intención de desistir: ¡exigimos que las empresas cumplan con su deber porque la vida de trabajadores/as va en ello!
Siempre aprovechamos el Día Mundial por la Salud y la Seguridad en el Trabajo (28 de abril) para revisar la situación. Una vez más, los datos confirman las experiencias que nos llegan a CNT (especialmente mediante nuestras secciones sindicales): la siniestralidad laboral aumenta. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo (INSST), el año pasado por estas mismas fechas os contábamos que desde marzo de 2021 hasta febrero de 2022 se registraron 505.912 accidentes y 600 de carácter mortal durante la jornada laboral. Las últimas estadísticas publicadas, que corresponden al periodo entre marzo de 2022 hasta febrero de 2023, hablan de 549.978 accidentes y 662 de carácter mortal. O sea: un aumento superior al 8% y al 9%, respectivamente.
Mantener esta evolución es intolerable. Resulta evidente que las medidas aplicadas en materia de riesgos laborales son insuficientes y, por ello, exigimos un compromiso real por parte del empresariado. ¿Cómo pueden lucrarse a base de nuestra fuerza de trabajo sin garantizar nuestra seguridad y salud mientras lo desempeñamos? Tendría que ser una prioridad ética, pero queda demostrado que no. Por si acaso, además, recordamos que ofrecer protección es un deber empresarial recogido en el artículo 14 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales.
En último lugar, nos gustaría remarcar que cuando hablamos de seguridad y salud en el ámbito laboral no solo nos referimos al aspecto físico, sino que también incluimos el plano psicosocial. Observamos que, aunque existe una creciente concienciación sobre la importancia de la salud mental entre la ciudadanía, esta no se tiene en cuenta adecuadamente en la evaluación de riesgos laborales. La sobrecarga de trabajo, la presión en tiempos de ejecución, los horarios abusivos… Estas condiciones precarias tienen consecuencias directas, como la ansiedad o un aumento de las adicciones. De hecho, aportamos un dato para concluir: un estudio ha calculado que si se minimizase el estrés en el trabajo se podrían evitar el 18% de los trastornos depresivos.
Por todo ello, afirmamos que reducir la precariedad implica reducir la siniestralidad. Queremos acabar con ellas. ¿Te unes?