CNT València advierte del grave riesgo para la salud en el trabajo que supone el exceso de calor, la cual a su vez contribuye de una manera muy notable a la materialización de accidentes laborales.
La gravedad de los daños que provoca el exceso de calor entre los/as trabajadores/as y las muertes que se vienen produciendo todos los años debería ser suficientemente preocupante como para que las empresas y la Administración Autonómica tomen todas las medidas oportunas. La culpabilidad en estos accidentes y muertes no es de la meteorología veraniega, sino de la Patronal y la Administración, que siguen mirando hacia otro lado.
El “golpe de calor” se produce cuando las cargas de calor ambiental y las cargas de trabajo son tan grandes que los aportes de calor al organismo son mayores que las pérdidas, lo que incrementa la temperatura interna por encima de los 38 grados, produciendo graves daños a la salud. A partir de los 40,5 grados puede causar la muerte.
La afiliación de CNT que presta servicios en la empresa TROLLI IBÉRICA, S.A. ha acordado constituir una nueva sección sindical.
La central sindical continúa con su implantación en la industria alimentaria, en esta ocasión, en una empresa que se dedica a la fabricación de caramelos de goma, con su fábrica en el municipio de Paterna. Actualmente, la afiliación de CNT tiene una importante presencia en diferentes áreas del centro de trabajo.
La nueva representación sindical desea iniciar una buena relación con la empresa y ya ha solicitado la primera reunión formal con la finalidad de tratar cuestiones de importancia para la plantilla. Asuntos como las vacaciones que fueron obligatorias para la plantilla al inicio del Estado de Alarma, mejoras en la seguridad y salud y la prohibición de salir de la planta durante las pausas y los descansos, pretenden abordarse en la reunión convocada.
La federación valenciana de CNT ha iniciado una campaña reclamando que la emergencia sanitaria de la COVID19 no sirva como pretexto para precarizar aún más las condiciones laborales ni para consolidar la economía sumergida en la hostelería y el turismo.
En comparación con otros sectores, los trabajadores/as de la hostelería han sido los principales afectados/as por el cierre temporal de los establecimientos y sus limitaciones de aforo. La mayoría prestaban servicios mediante contratos temporales –muchos en fraude de ley- y las empresas ni tan siquiera les introdujeron en un ERTE, sino que optaron directamente por finalizarles el contrato.
El sector de la hostelería y el turismo, con una amplísima implantación en el País Valencià, es uno de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus. Pese a las previsiones negativas, el sindicato ha detectado que la reapertura de bares y restaurantes durante la desescalada y, a pocos días de establecerse una situación sin restricciones en la “nueva normalidad”, ha supuesto un notable aumento de las contrataciones.
El Sindicato ha interpuesto una denuncia ante la Inspección de Trabajo contra la empresa Power Electronics para poner en su conocimiento la situación de “encierro” que sufre la plantilla durante las pausas y periodos de descanso de la jornada.
Según las informaciones a las que ha tenido acceso CNT a través de su afiliación en el centro de trabajo, la empresa no permite la salida del recinto a sus trabajadores y trabajadoras durante los 20 minutos de descanso, ni en la pausa de la comida para los turnos de jornada partida. El servicio de seguridad de la empresa impide la salida de la plantilla durante los descansos, evitando que ni tan siquiera puedan tomar un café en el exterior, comer o descansar en el vehículo, fumar, o simplemente tomar el aire unos minutos en la puerta y fuera del recinto.
La Confederación Nacional del Trabajo reivindica con carácter de urgencia una regulación legal del trabajo a distancia, que permita su implementación de forma permanente en las empresas, incluso con posterioridad a la emergencia sanitaria del COVID19.
CNT reclama la necesidad de una regulación legal específica sobre el teletrabajo, ante la insuficiencia de la reciente reforma legislativa del art. 38.4 del Estatuto de los Trabajadores para la adaptación de jornada por conciliación familiar. Durante la emergencia sanitaria del COVID19, se han puesto de manifiesto las carencias de lo que ha venido siendo una reivindicación contemporánea de la clase trabajadora.
Pese a que el trabajo a distancia ha adquirido el carácter de preferente durante la declaración del Estado de Alarma, no ha sido con la finalidad de mejorar las condiciones de los trabajadores/as, sino como una simple medida para evitar el aumento de contagios. Dicha preferencia no obliga a las empresas ni tampoco asegura que tras la emergencia decidan seguir aplicándolo con su plantilla. La falta de regulación legal genera inseguridad jurídica a las personas trabajadoras –tan solo pudiendo solicitar el teletrabajo de forma justificada por conciliación familiar- permitiendo que las empresas que podrían implementarlo se nieguen a hacerlo. La central sindical denuncia que los empresarios se resisten a cambiar su mentalidad –más propia del siglo pasado- y siguen pensando que los trabajadores/as deben acudir al centro de trabajo todos los días para “calentar la silla”.