La ratificación del Congreso inicia el camino hacia el reconocimiento de los derechos en el sector del hogar y los cuidados, pero queda materializar este compromiso
Una de nuestras compañeras sindicadas en CNT València ha ido cambiando de puesto a lo largo de los 14 años que lleva en activo en el sector del hogar y los cuidados. Nunca le han dado de alta en la Seguridad Social hasta hace dos meses, después de trabajar en el mismo domicilio desde el pasado verano. Así, la poca cotización que ha conseguido acumular hasta ahora corresponde a varios empleos de una primera etapa profesional, pero la trayectoria posterior no cuenta para el caso.
Y esta historia no es excepcional. “Lo que más me cabrea es que no tenemos derecho a nada”, afirma Mª Carmen, otra compañera afiliada a CNT. Ella también era trabajadora doméstica, pero después de nueve años ha conseguido cambiar de sector para huir de la precariedad en la medida de lo posible. Ambas coinciden en que decidieron ser empleadas del hogar por necesidad económica y su situación familiar, lo cual les ha obligado a “aguantar muchas cosas”, como ellas mismas relatan.
Sucede que esta ausencia de derechos laborales alimenta, además, otra serie de vulneraciones. “Las personas pobres no necesitáis criados/as”. “Tú sabrás por qué has llegado a esta situación”. “Si quieres agua, te la traes de casa”. “Sé lo que tengo guardado en ese cajón, así que notaré si falta algo”. Estos son solo algunos de los comentarios que una de nuestras compañeras sindicadas ha llegado a recibir. “Dejaría este sector sin pensarlo, pero no tengo más remedio que seguir”, reconoce.
Hablamos, por tanto, de una grave situación desde todas las perspectivas, que especialmente afecta a la estructura ocupacional y social de muchas mujeres. Si recurrimos a los datos, de acuerdo con un informe de Oxfam Intermón realizado en 2021, el 32,5% de las trabajadoras del hogar y los cuidados vive bajo el umbral de la pobreza en España, siendo de grado severo en 1 de cada 6 casos. Asimismo, el 28% de profesionales de este colectivo de la Unión Europea se encuentran en nuestro país.
Con todo, la reciente ratificación del Convenio 189 por parte del Congreso ha sido recibida como una gran noticia. Promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2011, se trata de una reivindicación histórica del movimiento feminista que desde CNT también venimos reclamando desde hace años. Sin embargo, en el Estado español ha tardado más de una década en ser aprobado. Por ello, la sensación que comparten nuestras compañeras es de alegría y, a la vez, de cautela. En sus palabras: “Es un paso adelante. Ahora, esperamos que el camino no se tuerza”.
Desde CNT exigimos que se cumplan los pasos necesarios para materializar este convenio lo antes posible. “La ratificación es un primer paso, pero no implica que se generen derechos inmediatamente. Falta legislar para plasmar lo que dicta el Convenio 189 en la realidad”, aclara Antonio Ruiz, nuestro asesor jurídico. Solo entonces, por ejemplo, las personas que trabajan en el hogar y los cuidades tendrán protección por desempleo como el resto de empleados/as en otros sectores.
Asimismo, el despido es otro de los puntos más importantes a tratar, ya que hasta ahora las empleadas domésticas pueden ser echadas sin alegar causa alguna y con una indemnización más barata. “Por poner otro ejemplo: muchas compañeras se ven obligadas a ingresar ellas mismas sus cuotas a la Seguridad Social, porque ni tan siquiera las personas empleadoras tienen la obligación de hacerlo en su caso. Seguiremos luchando hasta que el Gobierno haga desaparecer todas estas discriminaciones”, concluye Antonio Ruiz.