¿Cuáles son las funciones de un trabajador que limpia cristales –sin altura- y las de una limpiadora?
Es obvio que la brecha de género no parte de que en un mismo empleo con iguales funciones una mujer y un hombre cobren salarios diferentes, pues esto sería una ilegalidad palmaria fácilmente demostrable. Ese, es el argumento tipo habitualmente utilizado para cuestionar o relativizar la existencia de la brecha de género. Pero para comparar el salario femenino y el masculino es necesario considerar situaciones similares respecto a variables laborales como: tipo de jornada, ocupación, tipo de contrato, etc., que inciden de forma importante en el salario[1].
En el caso de la imagen, observamos que en un sector claramente feminizado, como es el de la limpieza, encontramos en numerosas ocasiones que los hombres que ejercen un trabajo de igual valor son clasificados en una categoría profesional diferente (peón, peón especializado, etc.) y, por tanto, perciben un salario mayor. Asimismo, en otro de los paradigmas de la precariedad de los sectores feminizados, las camareras de pisos perciben en muchos de los casos pluses inferiores a los trabajadores de la cafetería o la cocina de la misma empresa[2]. Seguir leyendo [Igualdad Real] Seguimos en la brecha