[Manifestación 11M] CNT insiste en su rechazo a la nueva reforma laboral e insta a seguir saliendo a la calle

Tal y como venimos informando, el gobierno ha aprobado una nueva reforma laboral contra la cual, hace unas semanas, se manifestaron miles de personas en todo el estado español. Parece ser que todo esto les da igual, pero que no se piensen que nos vamos a quedar de brazos cruzados porque no va a ser así.

CNT-Valencia saldrá a la calle todas las veces que haga falta para exigirle al gobierno que entierre de una vez por todas esta reforma y dejarle claro que no vamos a permitir ningún ataque a nuestros derechos. Tampoco nos olvidamos de CCOO y UGT que, aunque ahora intenten hacerse un lavado de cara, todos sabemos que son igual de culpables y así se lo haremos saber.

Por la defensa de nuestros derechos, porque no queremos su asquerosa reforma y porque no les vamos a dejar salirse con la suya convocamos a que todo el mundo acuda a la manifestación del domingo 11 de marzo a las 11:30 en la Plaza San Agustín de Valencia y se una a la CNT en un bloque autónomo y crítico con el sindicalismo subvencionado por el estado y con esta reforma salvaje que nos han impuesto.

SI NO TRABAJAN POR TI, QUE NO DECIDAN POR TI


CNT-Valencia llama a la participación en la Manifestación del 8 de Marzo 2012

De nuevo nos encontramos ante la celebración conmemorativa del Día de la Mujer. Desde CNT-Valencia, no podemos entender este día como otra jornada puntual que –mayoritariamente- se subraya y reivindica olvidando, en ocasiones, que las agresiones a las que nuestra lucha hace frente con convicción no solamente comprenden un tiempo determinado de 24 horas.

El patriarcado y su injusticia medieval, así como la desigualdad que emana de la hegemonía masculina, no empieza y acaba con fecha y hora exacta. Como no lo hace, por otra parte, la opresión del capital. En paralelo a las falacias que se acomodan con facilidad pasmosa en nuestra sociedad –siempre con la ayuda de los medios de (des)información-, existe aún la creencia ilusa de que realmente hombres y mujeres gozamos, a día de hoy, de un trato igualitario. Algo que no debiéramos cuestionar si no fuera por la desigualdad laboral, la dedicación exclusiva a tareas no remuneradas –y en ocasiones infravaloradas en sus propios hogares-, pensiones miserables, despidos por maternidad, trabajadoras extranjeras explotadas por la desregulación de determinados sectores, esclavas sexuales –muchas de ellas sometidas por mujeres- o la discriminación positiva, que no es sino otra forma más de desigualdad en su versión más sibilina… Hechos inapreciables y sobredimensionados para algunos y/o algunas, sin duda. Como nuestro lugar en la sociedad, aplastado y eclipsado por el miedo a que la mujer tome las riendas de su vida y ocupe su lugar en la lucha por su propia emancipación, dejando de lado ese papel de actriz secundaria de la vida de algunos padres y maridos, y rebelándose contra una sociedad implacable que, mediante un machismo interiorizado, no le perdonará la imperfección –ni por dentro ni por fuera.

Muchas de nosotras no deseamos que nos abran puerta alguna o nos cedan la palabra por delicadeza y deferencia caballeresca. Tampoco queremos ser mantenidas ni que se disculpen por actitudes soeces o palabras malsonantes en nuestra presencia. Queremos ser iguales, con los mismos derechos, deberes y responsabilidades. Muchas queremos poder y podemos querer NO ser perfectas. Queremos poder NO tener siempre un gesto dulce, comprensivo y sumiso, queremos poder hablar con voz alta y firme, gritar y luchar hasta las últimas consecuencias, sin ser por ello condenadas y prejuzgadas. Y queremos hacerlo sin que ello llame la atención, sin que de ello emane el tufillo distintivo de lo “anormal”, sin que se considere –aunque sea de manera indirecta e inconsciente-, salirse de lo “natural”. El yugo opresor de un canon estético, psicológico y actitudinal NO puede escribir nuestro guión porque esas palabras deben salir de nuestra garganta.

La emancipación y la lucha por la igualdad, así como la ruptura con el sistema patriarcal, es responsabilidad de todos y todas. No sin la implicación de todos y todas conseguiremos la sociedad justa e igualitaria que queremos. No sin la autocrítica y la reflexión sobre nuestros actos llegaremos a alcanzarla. Fomentemos la igualdad cada día, en cada decisión y en cada gesto. Reivindiquemos este día desde la coherencia y la consecuencia diaria.

Seamos iguales en la lucha.

ACUDE A LA MANIFESTACIÓN DEL 8 DE MARZO

Parque del Parterre, a las 19.30h

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En valencià:

CNT- València fa un crida a la participació en la Manifestació del 8 de Març

Novament ens trobem davant la celebració commemorativa del Dia de la Dona. Des de CNT- València, no podem entendre aquest dia com una altra jornada puntual que –majoritàriament- es subratlla i reivindica oblidant, de vegades, que les agressions a les quals la nostra lluita s’enfronta amb convicció no sols comprenen un temps determinat de 24 hores.

El patriarcat i la seua injustícia medieval, així com la desigualtat que emana de la hegemonia masculina, no comença i acaba amb data i hora exacta. Como no ho fa, altrament, l’opressió del capital. En paral·lel a les fal·làcies que s’acomoden amb una facilitat esglaiant a la nostra societat –sempre amb l’ajuda dels mitjans de (des)informació-, existeix encara la creença il·lusa que realment homes i dones gaudim, a hores d’ara, d’un tracte igualitari. La qual cosa no hauríem de qüestionar si no fos per la desigualtat laboral, la dedicació exclusiva a tasques no remunerades –i de vegades infravalorades a les seus pròpies llars-, pensions miserables, acomiadaments per maternitat, treballadores estrangeres explotades per la desregulació de determinats sectors, esclaves sexuals –moltes d’elles sotmeses per dones- o la discriminació positiva, que no és sinó una altra mena més de desigualtat en la seua versió més sibil·lina… Fets inapreciables i sobredimensionats per alguns i/o algunes, sense dubte. Com el nostre lloc a la societat, esclafat i eclipsat per la por que la dona agafe les rendes de la seua vida i ocupe el seu lloc a la lluita per la emancipació pròpia, deixant d’una banda eixe paper d’actriu secundària a la vida d’alguns pares i marits, i rebel·lant-se contra una societat implacable que, mitjançant un masclisme interioritzat, no li perdonarà la imperfecció -ni per dins ni per fora.

Moltes de nosaltres no desitgem que ens obrin porta alguna o ens cedeixen la paraula per delicadesa i deferència cavalleresca. Tampoc no volem ser mantingudes ni que es disculpen per actituds grolleres o paraules malsonants en la nostra presència. Volem ser iguals, amb els mateixos drets, deures i responsabilitats. Moltes volem poder i podem voler NO ser perfectes. Volem poder NO tindre sempre un gest dolç, comprensiu i sumís, volem poder parlar amb veu alta i ferma, cridar i lluitar fins les últimes conseqüències, sense ser per això condemnades i prejutjades. I volem fer-ho sense que això cride l’atenció, sense que d’això emane un tufet distintiu d’allò “anormal”, sense que es considere –encara que siga de manera indirecta i inconscient-, eixir-se d’allò “natural”. El jou opressor d’un cànon estètic, psicològic i actitudinal NO pot escriure el nostre guió perquè eixes paraules han d’eixir de la nostra gola.

L’emancipació i la lluita per la igualtat, així com el trencament amb el sistema patriarcal, és responsabilitat de tots i totes. No sense la implicació de tots i totes aconseguirem la societat justa i igualitària que volem. No sense l’autocrítica i la reflexió sobre els nostres actes arribarem a atènyer-la. Fomentem la igualtat cada dia, a cada decisió i a cada gest. Reivindiquem aquest dia des de la coherència i la conseqüència diària.

Siguem iguals en la lluita.


9M Cinefórum: Ni Dios, Ni Patrón, Ni Marido

El viernes 9 de marzo continuamos el cinefórum sobre cine social. En esta ocasión, en conmemoración del 8 de marzo, haremos un especial dedicado a la mujer proyectando una película todos los viernes del mes. La entrada es libre y gratuita.

Empezaremos el ciclo con la película Ni Dios, Ni Patrón, Ni Marido. Película que Laura Mañá dirigió en 2010.

Sinopsis: En 1896, Virgina Bolten, conocida anarquista de treinta años, llega a Buenos Aires donde se encuentra con su amiga Matilde, que está trabajando en la hilandería de Genaro Volpone junto con otras mujeres bajo las penosas condiciones del siglo XIX.  Las operarias de la hilandería se reúnen en torno a Virginia, para llevar a cabo un viejo proyecto de ésta: la edición de un periódico que de cuenta de la doble explotación a la que la mujer es sometida: por su condición de clase y por su género. Deciden llamarlo “La voz de la mujer”. Todas esas mujeres empiezan a concienciarse y luchar por su propia libertad hasta que deciden cambiar sus vidas de modo que NI DIOS, NI PATRÓN, NI MARIDO las controla .

La hora de inicio de la proyección será a las 22.00h. y tendrá lugar en el local del sindicato (Callle del Progreso 126 del Cabanyal). A las 21:30 habrá cena de sobaquillo con bebida a precio popular, por si alguien quiere pasarse antes de ver la peli. Después del pase, coloquio entre los asistentes al visionado del film.

Adjuntamos el cartel con la programación de todo el mes.

8 de marzo 2012, día de la mujer trabajadora

En Italia, en el día de la mujer trabajadora, se regalan mimosas, las flores alegres y amarillas de la primavera, símbolo del retorno, de la vida y de la renovación. La lucha y los logros de la mujer trabajadora, la que se incorporó a las fábricas en masa en el siglo XIX, es para echar flores.

De ser consideradas niñas o incompetentes, poco a poco consiguieron el control legal sobre sus ingresos, sobre su estado civil, la mayoría de edad ante la ley, la entrada en la educación pública donde la hubiera (primaria y universitaria), el acceso a los mismos trabajos liberales que los hombres (profesoras, médicos, ingenieras) donde anteriormente su entrada había sido vetada, abortos legales con cuidados médicos, o mayor control sobre su propia capacidad reproductora.

Pasos gigantes, pero pasos que tomamos juntos. No caigamos en la trampa de hacer de la lucha de las mujeres una lucha separada, como si de otro tema se tratara. Juntos con sus compañeros las mujeres han estado en todas las luchas obreras del siglo XX. Juntos hombres y mujeres trabajadores han conseguido la semana de 40 horas, juntos la jubilación retribuida, juntos la salud pública, y juntos la indemnización por paro. Beneficios que nuestros abuelos y bisabuelas nos consiguieron y que hasta hoy hemos disfrutado.

Así ellas, sí lucharon, con el doble de fuerza para tener que enfrentarse al patriarcado y a la patronal, inseparables el uno del otro. Pero no creamos que la lucha ya ganada, quieta se queda. No hay más que ver la reciente retahíla de “reformas” en merma de estos avances duramente adquiridos. ¿Nos quedamos pasivamente asombrados? Parecería que nos hubiéramos olvidado contra quiénes nos enfrentamos y que lo tenemos que enfrentar juntos, entrelazando íntimamente la lucha obrera con la lucha feminista.

Recordémonoslo. En el Congreso de Constitución de la CNT, en 1910, hace más de un siglo, ya se afirmó lo siguiente:

“[…H]emos de considerar que la disminución de horas de trabajo de muchos de nosotros la debemos indirectamente al penoso trabajo de las mujeres [póngase “inmigrante” para hoy en día] en las fábricas; mientras tanto que muchos de nosotros permitimos que nuestras compañeras se levanten de la cama antes de las cinco de la mañana y nosotros permanezcamos descansando, y cuando la mujer acaba de derramar su sangre por espacio de doce horas, para mantener los vicios de un explotador, llega a su casa y en lugar de un descanso se encuentra con un nuevo burgués -compañero- que con la mayor tranquilidad espera que haga los quehaceres domésticos […]”.

En el mismo congreso constitucional se subraya esa doble explotación y proponen una manera de aminorarla. Declaran que: “Entendiendo que para lograr su independencia la mujer necesita del trabajo y por consiguiente éste es penoso y mal retribuido. Proponemos: 1º Que el salario responda a su trabajo con idéntica proporción al del hombre […]”.

Veintiun años más tarde los compañeros insistían en esa brecha salarial. Exigen “[q]ue el tipo de salario mínimo establecido será aplicado indistintamente a hombres y mujeres y que no se permitirá la realización de ningún trabajo con remuneración inferior a dicho salario mínimo” (III Congreso de la CNT, 1931).

Como es de suponer la dictadura no mejoró las cosas y en 1979 se vio en un Congreso la necesidad de insistir en la cuestión: “Exigencia de la implantación general de la equiparación de salarios entre hombre y mujer” (V Congreso).

¿Cómo mejoran las mujeres sus condiciones laborales para ayudar a conseguir ser libres; cómo, pues, cerrar la brecha? Nosotros desde la CNT lo vemos claro. En 1910 el hecho de afiliarse y la mejora de las condiciones laborales son tan estrechamente relacionados que los incluyen en el mismísimo punto: “Que sea deber de las entidades que integran la Confederación Nacional del Trabajo Española, se comprometan a hacer una activa campaña para asociar a las mujeres y para disminuir las horas de labor” (1910). No sólo deben afiliarse pasivamente y formar partes de comités especiales porque “queda sobrentendido que las mujeres han de pertenecer a los sindicatos, y, por ende, a sus juntas administrativas, técnicas, etc.” (II Congreso, 1919). El último congreso (2010) hizo hincapié en lo mismo y puntualiza que “[e]l aumento de afiliación y de participación de las afiliadas en la vida del sindicato [es un] objetivo a conseguir”.

En nuestra sociedad actual tenemos más personas trabajando así que ¿por qué es que seguimos en las mismas, con las 40 horas que ganaron nuestros abuelos? ¿Por qué las cifras de afiliación son tan parcas? Y para los que creen que el paro es un fenómeno reciente que sólo tiene arreglo en un “crecimiento” económico, remito al análisis hecho justo antes de la guerra civil.

“El paro obrero, que ha sido ocasionado por el desarrollo de la maquinaria, desarrollo tan notable que permite que una mujer cuide hoy veinte telares cuando ayer sólo podría llevar uno o dos, ocasionando también por la irrupción de la mujer en las actividades de múltiples trabajos que antes estaban reservados a los hombres; el paro que, en fin, es un producto de múltiples contradicciones capitalistas, no puede, no debe de ser solucionado por la clase trabajadora imponiendo a ésta el sacrificio de repartir el trabajo en las condiciones que hoy se hace. La razón queda perfectamente explicada si tenemos en cuenta que el paro tiene su determinación en el desarrollo siempre creciente del maquinismo y en la irrupción cada día más numerosa de las mujeres en el mundo de la producción. En estas condiciones el paro obrero no solamente no tendrá fin, antes el contrario, puede afirmarse que tenderá a extenderse de tal manera que, siguiendo el procedimiento del reparto del trabajo, las masas obreras llegarían a trabajar solamente dos, uno y hasta medio día a la semana. Y este reparto que a simple vista parece estar inspirado por móviles generosos y altruistas, en la práctica sería la causa del empobrecimiento y depauperación de las masas obreras. Sin embargo, en potencia la solución está dentro de este sentido del reparto del trabajo. Repartir el trabajo, sí, pero sin que se produzca el más leve decrecimiento en la capacidad adquisitiva de los trabajadores. La máquina ha venido a libertar al hombre del esfuerzo agotador del trabajo organizado. Y puede afirmarse hoy que dentro de los grandes contrasentidos del régimen, el mayor de ellos lo constituye el hombre libertado de la esclavitud del trabajo muriéndose de hambre” (VI Congreso de la CNT, 1936).

Como dice el X Congreso del sindicato anarcosindicalista, “[l]a CNT no crea estructuras ‘terapeúticas’ sino que incorpora la cuestión de la explotación de la mujer trabajadora al núcleo central de la lucha por una sociedad más libre y más justa” (2010).

Hoy día con la nueva reforma laboral recién decretada, las mujeres afrontan un claro retroceso en las luchas que han ganado en el pasado. En vez de cerrar la brecha laboral, se va a ampliar (cuanto más inestable sea el empleo, más despidos van a haber en el colectivo femenino por estimarlo menos “entregado” a la empresa) y en vez de dedicar más horas a la vida y la familia, las horas extraordinarias ahora permitidas van a ir en detrimento a la reconciliación familiar, para citar sólo dos ejemplos.

Esta reforma sólo nos recuerda que el otro lado siempre está al acecho y en cuanto dejemos de lucha, toma posición para sacar más beneficio de nuestro trabajo. La mejor forma, para no decir la única, de defendernos, y no sólo de defendernos sino de ponernos en la ofensiva, es sindicarnos, las mujeres juntos con los hombres, sin líderes, sin dineritos del estado, sin burocracia. En la CNT.

La lucha nos brinda flores, y flores nos debemos echar, pero sin nunca olvidar que la lucha les ha dado el espacio para florecer y sin ella, marchitando van.

Frente a la crisis, solidaridad, autoorganización y acción directa

Las primeras medidas que se tomaron, a mediados de 1933, fue la huelga de alquileres, gas y electricidad […]. Los comités de casas, calles y barrios comenzaron a funcionar para hacer frente masivamente a los desahucios u otras medidas coercitivas de los propietarios, que se apoyaban en la fuerza pública. La movilización, particularmente de mujeres y chiquillos era permanente y, de tal modo, que, cuando se intentaban hacer desalojos, esas mujeres y chiquillos eran quienes afrontaban a la fuerza pública, impidiendo que se echara a los inquilinos de sus casas” – Extraído de Durruti en la Revolución española, de Abel Paz.

Desde esta publicación hemos intentado difundir las acciones que a través del apoyo mutuo y la acción directa han plantado cara a los ataques del Estado. Así, hemos tratado las movilizaciones contra las redadas racistas, las luchas contra el Tren de Alta Velocidad, las acciones contra los desahucios y las subastas de los pisos embargados, las huelgas en la educación y la difusión de las asambleas de profesores/as, las movilizaciones de usuarios/as del sistema público de salud… Con este artículo queremos dar a conocer otras respuestas que se están llevando a cabo en Grecia dado que en estos momentos están sufriendo la misma crisis que estamos padeciendo en el Estado español y las mismas soluciones dadas desde el poder: subida de impuestos, incremento de las tarifas de transporte, reducción de sueldos de empleados/as públicos/as y de pensiones, despidos, recortes en derechos laborales y sociales, privatizaciones…

En otras ocasiones ya nos hemos referido a las luchas griegas al hablar de la huelga de hambre de los/as inmigrantes en lucha por su regularización, de los/as vecinos/as que  trataban de parar un vertedero y que creaban parques y semilleros autogestionados en Atenas. Ahora pretendemos centrarnos en las respuestas que se están produciendo contra la crisis.

¿Peajes? Den Pliróno!

Frente a las subidas de impuestos y la extensión de nuevas tasas ha nacido el movimiento Den Pliróno (No pago). Mediante acciones de desobediencia civil y alejados/as de formas de organización burocráticas demuestran que ellos/as no van a pagar la crisis.

“Desprendidos de aparatos y dependencias partidistas, tenemos como legado único los cientos de asambleas de procesos de democracia directa, las manifestaciones y las acciones que hemos realizado hasta hoy en toda Grecia, en peajes, hospitales, playas, transporte público, en la plaza de la Constitución (Síntagma) y en otras plazas y barrios. Intensificamos nuestra lucha con el fin de que sea la mecha que prenderá fuego en la sociedad, para lograr grandes cambios sociales. Les invitamos a organizarse en los Comités de Lucha “No pago”, así que por fin todos juntos tomemos nuestra vida en nuestras manos, contra los que nos la roban”.

El movimiento No pago comenzó con la negativa a pagar los numerosos peajes que pueblan las carreteras griegas. Su forma de actuación ha sido muy sencilla, no han reivindicado nada, no han pedido al Estado que baje los precios, simplemente se han organizado para no pagar los peajes levantando ellos/as mismos/as las barreras que les impedían el paso a las carreteras de pago. Esta forma de actuación se ha extendido velozmente y, según las empresas que gestionan la concesión de las carreteras de pago, casi un 20% de los/as automovilistas no pagan el peaje.

La unión hace la fuerza

Tal vez la lucha en la que el movimiento No pago ha alcanzado una mayor radicalidad es la oposición al nuevo impuesto inmobiliario que, en su continua búsqueda de ingresos para destinarlos al pago de la deuda, fue aprobado por el gobierno griego hace unos meses. Se trata de un nuevo impuesto sobre la vivienda que grava la propiedad inmobiliaria y que, para las casas más humildes, asciende a doscientos euros mensuales. Para evitar que una población acosada por el desempleo, por innumerables impuestos, subidas de precios, etc., opte por no pagar la nueva tasa, el gobierno ha decidido recaudarlo a través de la factura de la luz. Así, a quienes no paguen el impuesto, el Estado les cortará la luz.

Las movilizaciones en contra de este nuevo ataque se han extendido por toda Grecia porque, como expresó el Consejo Municipal de Patras, la tercera ciudad más poblada de Grecia, en una resolución en la que llamaba a la desobediencia y al impago “el método de recaudación tiene todas las características de la barbarie social que acompaña la política del gobierno en su totalidad. Van a cortar el suministro eléctrico, un bien de primera y vital necesidad para la supervivencia de familias con personas enfermas, niños, ancianos”.

Desde las asambleas populares se ha mostrado el rechazo al nuevo impuesto y a la forma de recaudación y se están organizando respuestas para impedir que el gobierno pueda cortar la luz a quienes no puedan o no quieran pagar. Estas iniciativas están basadas en la solidaridad y en el apoyo mutuo entre vecinos/as y trabajadores/as afirmando, como en el comunicado de la Asamblea Popular de Brajami (Tesalónica), que “Nadie va a estar solo en esta opción (de no pagar), vamos a estar todos juntos. Confiando en la auto-organización como la única opción en nuestros tiempos, formamos nuestras resistencias de desobediencia colectivas, sin esperar nada a ‘salvadores’”.

Desde el primer momento, la resistencia al nuevo impuesto ha contado con el apoyo de los/as trabajadores/as de la Compañía de Electricidad. El 20 de noviembre, trabajadores/as de la Compañía ocuparon las oficinas desde donde se mandaban las órdenes de desconexión del suministro eléctrico a quienes no habían pagado el impuesto, convocaron una huelga de dos días, desconectaron el sistema eléctrico que permitía realizar los cortes de luz y mantuvieron bloqueadas las oficinas durante tres días hasta que la policía antidisturbios desalojó el edificio deteniendo a quince trabajadores/as. En un comunicado, el sindicato de trabajadores/as de la Compañía de Electricidad explicaba los motivos de su acción: “Estamos aquí porque nos negamos a convertirnos en inhumanos y asesinos de niños y de enfermos.

Estamos aquí porque para nosotros ningún ser humano está de sobra. Estamos aquí porque todavía corre sangre que corre en nuestras venas. Estamos aquí porque los seres humanos y sus necesidades están por encima de los mercados. Estamos aquí para bloquear el envío de los órdenes de desconexión del bien público de la electricidad, sin el cual se ponen vidas humanas en peligro y nadie puede vivir. Por último, estamos aquí porque mañana no queremos sentirnos vergüenza. No vamos a tirar nuestro orgullo y dignidad a la basura”.

Los llamamientos a la solidaridad son continuos y en los barrios se han creado brigadas que tratan de impedir que se realicen los cortes y que, en caso de no lograrlo, reconectan el suministro eléctrico trucando los contadores y pinchando la luz con ayuda de los/as trabajadores/as de la compañía eléctrica.

Por la extensión de la solidaridad

Más muestras de cómo la acción directa y la solidaridad pueden ser las herramientas que palien nuestras necesidades las podemos ver en los continuos saqueos de supermercados que se están dando por toda Grecia. La escena de decenas de personas entrando en un centro comercial y saliendo con alimentos y productos de primera necesidad que son repartidos en mercados populares es cada vez más frecuente. En algunas de estas expropiaciones se han repartido panfletos explicando que “No hemos realizado esta acción porque seamos salvadores, ni queremos ser salvadores de nadie. Formamos parte de esta gente, que concibe la perspectiva de su vida sólo mediante la lucha. Somos algunos de los que viven a vuestro lado, algunos que hoy hemos optado por indicar una de las maneras de romper la miseria, de recuperar nuestro tiempo y nuestra vida” llamando a la gente a que tomen ellos/as mismos/as la iniciativa y que participen en las luchas dado que “El futuro de la clase oprimida no es la búsqueda de la supervivencia, ni la congestión entre la renuncia y la miseria. Está sintetizado en el aquí y ahora, a través de los momentos pequeños y grandes de las negativas y de nuestras luchas. En la lucha diaria contra los patrones y en las huelgas generales, en las manifestaciones, en las asambleas populares, en las estructuras de ayuda mutua, en las ocupaciones de edificios públicos, de escuelas y de universidades, en la rabia contra los maderos y en la solidaridad contra la represión, en las acciones agresivas contra blancos capitalistas y gubernamentales, en la negativa a pagar, desde las cuentas de electricidad y los billetes, hasta los peajes, en las expropiaciones colectivas de bienes en los supermercados y en su distribución en público”.

Pequeños gestos solidarios se extienden en el metro y en los autobuses cuando los billetes usados se dejan para que otro/a vecino/a no tenga que pagar por su transporte, cuando los/as médicos/as se niegan a cobrar a los/as pacientes para protestar contra el copago sanitario, cuando se hacen comedores populares gratuitos con productos expropiados de supermercados, cuando las asambleas de barrios organizan tiendas de trueque y bancos del tiempo, cuando afirmando que “no vamos a permitir a los usureros quedarse con ninguna casa” se paralizan las subastas de casas embargadas…

Mientras, el desprecio a aquellos/as que se buscan la vida pisoteando la de otros/as no para de aumentar. El asco y la rabia que los/as policías llevan tiempo provocando cuando patrullan las calles se ha extendido a aquellos/as que a cambio de un salario no dudan en vender a sus vecinos/as. “No sólo las empresas impersonales que cortan el suministro de electricidad, sino los trabajadores en ellas tendrán que recibir la presión social, así que se nieguen a jugar este juego. Si no, que afronten directamente el ridículo, el desprecio, el aislamiento, el reproche social por parte de todos nosotros”; estas líneas, dirigidas a los/as electricistas contratados/as por la compañía eléctrica para cortar la luz a los que no pagan el impuesto inmobiliario, pueden hacerse extensivas a los/as que firman órdenes de desahucios, piden los billetes en el metro, juegan a ser héroes ciudadanos/as tratando de impedir saqueos en supermercados, se encargan del cobro de deudas…

A convertir la crisis en la crisis del capitalismo.

Fuente-> Todo Por Hacer

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