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[FOTOS] Homenaje a las víctimas del franquismo en el cementerio de Valencia

Como cada año, el Fòrum per la Memòria del País Valencià organizó un acto en memoria de las víctimas del franquismo en el cementerio de Valencia al cual acudió una gran cantidad de gente.
El programa transcurrió según lo previsto, pudiendo escuchar el Himno de Riego, La Internacional y A las Barricadas así como dos canciones interpretadas por el cantautor Pau Alabajos así como otra de Carles Enguix.

El acto comenzó con un recorrido por el cementerio hasta las fosas comunes donde se tapó el monolito fascista que hay sobre ellas y se hizo una ofrenda de flores. Tras un minuto de silencio se leyó un manifiesto unitario por Víctor Dobón, hijo de fusilado y miembro del Fòrum por la Memòria del PV, y seguidamente se repartieron papeles con los nombres de las víctimas entre los asistentes para que cada uno leyera uno. Estos papeles se dejaron junto a las flores anteriormente depositadas.

 

Acto en memoria y desagravio de las víctimas del franquismo tiradas a las fosas comunes del Cementerio General de Valencia

CNT-Valencia convoca al acto homenaje a los/as represaliados/as por el franquismo organizado por el Fòrum per la Memòria del País Valencià y que tendrá lugar en el cementerio de Valencia el domingo 21 de abril a las 12 horas.

Verdad. Justícia. Reparación

Un año más estamos aquí para reivindicar la Verdad, la Justicia y la Reparación que, a 37 años de muerto el genocida Franco, se sigue negando a las víctimas del exterminio franquista, por esta “democracia” producto de los Pactos de la Transición. Pactos hechos por la propia Falange Española, la Iglesia Católica i resto de las organizaciones franquistas, que contó con la complicidad del PSOE, PC-IU y sus sindicatos, CCOO y UGT. Transición que fue extremadamente beneficiosa y conveniente para los franquistas, ya que blindó su impunidad exhimiendoles de pagar por los crímenes cometidos y consolidó sus intereses económicos, pero que al resto solo nos trajo corrupción, desgracias y represión.

Año tras año, vemos con impotencia y desesperación como se destruyen y se ocultan las pruebas del genocidio. Por una parte, la destrucción de la documentación que implicaba en el exterminio a la Iglesia Católica, Falange Española y empresas que explotaron hasta la muerte a presas y presos revolucionarios y republicanos con los trabajos forzados.

Por otra parte, la destrucción y saqueo de las otras pruebas, las fosas comunes, con las llamadas “exhumaciones administrativas”, una excepción solo vigente en el estado español, realizadas para eludir la investigación de los crímenes y el señalamiento de las responsabilidades de los culpables, ya que implican la manipulación de los restos de los asesinados sin las garantías de un protocolo policial, judicial y forense. Las exhumaciones son imprescindibles para investigar el genocidio y hacer justicia a las víctimas, pero han de hacerse, para que no se pierdan las pruebas, de acuerdo con la legislación vigente, como se hace en el resto del mundo: personándose el Juzgado y con la intervención del Instituto de Medicina Legal.

Además, alrededor de estas “exhumaciones administrativas” han surgido empresas y profesionales privados destinatarios finales de las subvenciones, que las realizan sin tan siquiera aplicar un protocolo oficialmente aprobado, y sin respetar muchas veces la intimidad de las víctimas, publicando y exhibiendo imágenes de sus restos sin ningún miramiento.

Pero todo hace indicar que la destrucción de la documentación y de las pruebas, y la negación de los derechos de las víctimas a una investigación que desvele la verdad y repare minimamente la exclusión histórica, no son suficiente para ellos. Tenemos que asistir, además, al espectáculo de ver como por todos los medios intentan cerrar en falso los crímenes franquistas, creando las “Comisiones de la Verdad”, diseñadas por el poder, que allí donde las han creado, Argentina, Sudáfrica, Guatemala y otros países que han padecido dictaduras, nunca han servido para hacer justicia a las víctimas pero sí para que los verdugos no tengan que responder por sus crímenes.

Igualmente hemos de asistir a los intentos de que los crímenes del franquismo se juzguen en países que no tienen jurisdicción en el estado español, por lo cual, sus resoluciones y sentencias no pueden ser de aplicación. Es el caso de la llamada “querella argentina”, que no contempla juzgar todos los crímenes del genocidio, al dejar excluidos a cuantos murieron como consecuencia de las brutales medidas económicas, sociales y políticas que el franquismo impuso a la población que perdió la guerra; es decir muertos por el hambre y la sed, por enfermedades no asistidas y epidemias, por falta de vivienda y por falta de salubridad entre otras.

Esta querella está en manos de la jueza Maria Servini de Cubría, con fuertes vinculaciones con el periodo más oscuro y brutal de la dictadura argentina, durante la cual también era jueza, siendo presidente Videla y Ministro de la Marina Massera, los dos condenados por genocidio, casada a su vez con um militar de alta graduación, también de Videla, identificado como represor. Su nombramiento como titular del estratégico Juzgado Federal nº 1 de Buenos Aires, por el ex presidente Carlos Menem, fue muy contestado en Argentina a causa de su actuación como jueza colaboradora de la dictadura.

Llama la atención que esta querella esté apoyada en el estado español por entidades y asociaciones vinculadas a partidos políticos como el PSOE, PCE y IU, votantes de las dos leyes de Punto Final en el parlamento español, la Ley de Amnistía de 1977 y la de la Memoria Histórica de 2007 que impiden investigar y juzgar los crímenes del franquismo en el estado español.

Está claro que las autoridades e instituciones españolas hacen lo imposible para que la verdad permanezca oculta para siempre y que no se conozca el verdadero alcance del genocidio, tanto en Valencia como en todo el estado. Es el peso de los apellidos de los descendientes de los franquistas y de sus intereses económicos, presentes, hoy como siempre, desde la muerte de Franco, en las más altas instancias del poder. Es la realidad de un sistema continuador del franquismo y que nunca lo condenó, con un jefe del estado, el rey de España, elegido directamente por el genocida. sistema en el que hacer apología del franquismo y despreciar la memoria de las víctimas son parte de sus libertades.

Por todo ello, los y las firmantes de este manifiesto EXIGIMOS:

- No a los intentos de cerrar en falso los crímenes del franquismo. Anulación de las leyes de Amnistía de 1977 y de la Memomia Histórica de 2007, verdaderas leyes de punto final que impiden investigar y juzgar los crímenes del franquismo.

- No a las “exhumaciones administrativas” que destruyen las pruebas del genocidio.

- Exhumaciones judiciales de acuerdo con la legislación vigente con la aplicación de los protocolos policial, judicial y forense.

- Que se investigue el verdadero alcance del robo, secuestro y venta de criaturas desde 1940 hasta 1960, es decir, a las afectadas por la ley Vallejo Nájera y que se exijan a las entidades implicadas las responsabilidades penales, económicas y administrativas previstas por la ley.

- La retirada del monolito instalado sobre la fosa comun de la Sección 7ª Dereccha, homenaje a los fascistas, que equipara a los verdugos con la víctimas, erigido para recordarnos que los ganadores de hace más de 70 años, nos siguen ordenando en todos los sentidos.

«1975» Nueva novela de Tomás Pellicer

Segunda novela publicada del autor que sigue la estela del “FRAP: Grupo armado”. Una historia olvidada: la de lxs antifascistas que lucharon en la última etapa de la dictadura militar en nuestro país.

AUTOR: TOMÁS PELLICER (Valencia, 1950)

Milita en la resistencia antifascista desde el principio de los años 70. Adherido al movimiento universitario contra la dictadura militar en sus primeros albores, unos años más tarde formó parte de la lucha armada contra el dictador Franco. Ha conocido el exilio, la lucha clandestina, la detención y las torturas en los sótanos de la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol madrileña; así como las prisiones de Carabanchel y Segovia. “1975” es su segunda novela publicada, anterior en el tiempo del relato a su primera novela “FRAP: Grupo armado”.

En la actualidad milita en el sindicato anarco-sindicalista CNT.

RESEÑA:

Lina, una jovencísima estudiante del primer curso de Económicas se ve envuelta en la lucha estudiantil en contra de la dictadura militar que ya afloraba de forma generalizada en la Universidad en el transcurso del año 1972. Su carácter inquieto, rebelde inconformista, le llevan a participar en los principales sucesos de la lucha anti-fascista de aquellos años en la ciudad de Valencia: De los enfrentamientos en la Facultad de Medicina del 4 de Febrero al Primero de Mayo de 1973.

Conforme avanza la lucha, Lina adquiere un mayor nivel de compromiso militante hasta acabar formando parte de los grupos armados del FRAP que en el verano de 1975 se enfrentaron con las armas a la feroz dictadura militar. Lina nos muestra cómo, a pesar de su juventud y fragilidad, es capaz de superar todos los retos con valor y honestidad.

En esta novela, seguiremos a esta joven revolucionaria a través de los acontecimientos que marcaron a toda una generación generosa que dio lo mejor de su juventud por los logros de libertad y cambio social, desgraciadamente infructuosos.

El libro se podrá adquirir en el puesto que la distribuidora de CNT-Valencia montará los días 20 y 21 de abril en la XIII mostra del llibre Anarquista y en el local del sindicato.

También se pueden realizar pedidos a Ediciones Tiempo de Cerezas

Página del autor: tpellicer.com
Fuente -> Kaos en la Red

1936, nada menos que la revolución

80 ANIVERSARIO DEL PERIÓDICO CNT

La guerra, el comienzo del proceso revolucionario en la zona republicana, la situación en los frentes de guerra… son algunas de las cuestiones que se reflejarían en el periódico en su momento de mayor tirada de toda su historia

I. Nistal | Periódico CNT

`Esto es nada menos que la revolución´, así de tajante se mostraba el periódico en su editorial del 23 de septiembre de 1936. Ante la paradoja de si había que ganar primero la guerra para hacer luego la revolución, la CNT comprendió desde el primer momento de que ambos proyectos eran inseperables y necesariamente realizables al mismo tiempo.

Para ganar la guerra, una de las propuestas fundamentales que el sindicato esbozó fue la necesidad de crear en Madrid el Consejo Nacional de Defensa, sin duda una de las contribuciones más importantes del anarcosindicalismo en la guerra, demostrando que las antiguas formas de organización política centralizada ya no servían, y en esa organización social debían estar presentes todas las fuerzas antifascistas. De esta forma reforzarían el mando único, una única milicia y una disciplina férrea que condujera a la victoria. En este sentido, desde el periódico se observa en los primeros compases de la guerra un total convencimiento, no ya de ganar la guerra, sino de que esta se consiga lo antes posible.

Para hacer la revolución, la CNT y el anarquismo aúpan la ansiada transformación social a través de las colectivizaciones de la tierra y la industria, cambiando completamente la concepción de la sociedad a través del federalismo y la democracia directa. De esta forma podemos encontrar interesantes reportajes como del Comité Central de Abastos de Barcelona, en donde por ejemplo se confeccionaba ropa con destino a Madrid.

Son momentos de gran entusiasmo. En el periódico se observa una actividad febril, donde no solo se informa de la marcha de los frentes, especialmente en la zona centro de donde se poseía una mayor información y más fluida (Guadarrama, Ávila, Cuenca, Toledo, Guadalajara, Madrid…), sino la propia labor sindical que no cesa a pesar de estar en guerra, con grandes mítines, actividades culturales a través de los ateneos libertarios y la creación de nuevos sindicatos.

El periódico es testigo directo de aquellas jornadas heroicas, de gran esfuerzo, de la alianza entre UGT y CNT, de la organización social en Cataluña y Aragón, la Defensa de Madrid, la entrada al gobierno de Largo Caballero de los ministros anarquistas, la no intervención europea en la guerra, la muerte y entierro de Durruti… Son tiempos también de llamamientos a la comunidad islámica para defender la República, de mensajes de apoyo a la URSS, pronto todo aquello se desvanecería…

Respecto al periódico, que seguía teniendo una tirada diaria durante la guerra, al igual que Solidaridad Obrera en Barcelona, y Fragua Social en Valencia, predominaban los reportajes fotográficos con las firmas destacadas de Serna, Tello y Garrido, entre otros. Tampoco faltaba la correspondiente viñeta de Gallo, muchas de ellas caricaturizando el papel de la Iglesia en la guerra, y especialmente alentando a los milicianos hacia la victoria y haciendo gran hincapié en la necesidad de fortalecer el frente como la retaguardia. Como cronistas de guerra cabe destacar a García Pradas, Bertolucci o Mauro Bajatierra, uno de los mejores y más originales reporteros de guerra.

La CNT denuncia en Argentina el genocidio franquista

DENUNCIA DE LA CNT-AIT CONTRA EL FRANQUISMO-Parte general-18-12-12.pdf

La Confederación Nacional del Trabajo presenta el miércoles 19 de diciembre en Argentina denuncia contra los crímenes del franquismo, dentro del proceso que se tramita en ese país contra el genocidio cometido por el régimen desde 1936 hasta 1977. De este modo la CNT-AIT se suma a las acciones emprendidas ante los juzgados argentinos por parte de familiares de asesinados y desaparecidos, asociaciones de recuperación de la memoria histórica y demás entidades personadas en el procedimiento.

La CNT pretende así sacar a la luz la represión sufrida por la organización y el Movimiento Libertario desde el golpe militar del 18 de julio de 1936 hasta la promulgación de la ley de amnistía de 1977, una ley que pretende pasar página a los más de 40 años de un régimen instaurado por la fuerza y basado en la violencia física y social. Su máximo dirigente y ejecutor, el general Francisco Franco, contó para ello con la colaboración de diferentes sectores militares, financieros, políticos y eclesiásticos católicos, todos ellos implicados en la autoría y dirección del golpe.

La CNT entiende que esa Ley de Amnistía incumple de modo flagrante la normativa internacional, especialmente en lo que atañe a los capítulos de genocidio y desaparición forzada. Coincide en ello con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que pidió formalmente el pasado 10 de febrero su derogación al Gobierno de España, por entender que incumple la normativa internacional sobre Derechos Humanos e impide en particular, entre otros, el derecho de reparación.

Personada como denunciante, la central anarcosindicalista aporta miles de nombres de sus militantes represaliados por el franquismo, testimonios y declaraciones de testigos presenciales y supervivientes, así como documentación relativa al expolio e incautación de bienes muebles, inmuebles y cuentas bancarias pertenecientes a la CNT.

A lo largo de sus trescientas páginas, la denuncia de CNT desglosa los capítulos de la represión sufrida por el anarcosindicalismo desde los primeros momentos del golpe hasta los encausados en el famoso TOP (Tribunal de Orden Público), pasando por los asesinados, desaparecidos y torturados, los campos de concentración, los batallones de trabajo y las fosas comunes que el estado español sigue aún sin reconocer y dignificar.

La CNT-AIT proclama pública y enérgicamente frente a un olvido cómplice, su deseo e interés por poner de manifiesto y difundir el desastre que supuso la instauración del franquismo, así como los desgarradores impactos que generó a la organización confederal ser cebo preferente de la acción represiva de dicho régimen totalitario durante decenios. Un balance objetivo de lo relatado, transcurridos ya casi tres cuartos de siglo del golpe militar y una vez consultada la numerosa bibliografía especializada sobre la Guerra Civil española, arroja las siguientes dramáticas cifras, algunas de ellas basadas incluso en fuentes oficiales del gobierno franquista: 50.000 fusilados, 73.000 asesinados en retaguardia, 30.000 desaparecidos, 500.000 internos en campos de concentración, 10.000 fallecidos en campos de concentración, 300.000 encarcelados y un número indeterminado de violaciones, raptos y robo de niños.

Los inductores y responsables directos del golpe planearon con detalle no sólo el push militar, si no una verdadera estrategia de terror que quedó plasmada en diferentes documentos ideológicos, estratégicos y tácticos que la CNT cita en su denuncia. En la misma se exponen datos sustanciales corroborados tanto oral como documentalmente por parte de investigadores de la propia CNT-AIT, profesores universitarios y publicaciones al efecto realizadas por grupos de investigación de memoria histórica, en las que se han barajado documentos oficiales, declaraciones personales e informaciones procedentes de represaliados y familiares, que muchas veces ni constan en el corpus legal ni en los registros de la propia administración.

El informe no es ni pretende ser exhaustivo en este punto, pero si es fiel reflejo y traza indicativa de la realidad que ocurrió en todo el territorio español. Por ello se ha optado por presentar series estadísticas de la represión a miembros de la CNT-AIT y movimiento libertario, en diferentes provincias o regiones muy significadas desde el primer momento del golpe militar por la virulencia de su actuación, proceso en el que destaca la indefensión jurídica de los encausados, el violento maltrato y segregación del que fueron objeto ellos y sus familiares, la ocultación de la llamada represión directa con asesinatos sin previo juicio, los llamados “paseos” o asesinatos indiscriminados por parte de los cuerpos policiales y militantes extremistas de Falange o Requetés, las “sacas” de las cárceles para proceder al asesinato de presos mediante falsas liberaciones o la “ley de fugas”, multas e incautación de bienes y enajenación del patrimonio sindical, generándose así un estado de terror y miedo entre la población, a la que se le ocultó la existencia de numerosos fosas que hoy día siguen aflorando en un mapa que afecta a todo el país. Una parte significativa de dichas fosas, cunetas, cuevas, minas, desfiladeros, etc., en los que fueron abandonados los cuerpos de muchos de los represaliados siguen sin ser catalogadas ni mucho menos exhumadas, pese a existir una inoperante Ley de Memoria Histórica promulgada el 31 de octubre de 2007, que obliga en la práctica a familiares, entidades afectadas y grupos de memoria histórica a buscar por su cuenta recursos para proceder a la exhumación de los restos, contando en muchos ocasiones con una mínima colaboración judicial para permitir las mismas.

En los casos en los que ha sido posible, con una fiabilidad estimada superior al 95 %, la información contenida sobre represaliados ha sido verificada con índices onomásticos de la Causa General, del Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas, de la Comisión Liquidadora de Responsabilidades Políticas, del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, del Juzgado Especial de Peligrosidad Social y del Ministerio de Justicia-Dirección General de Prisiones, complementándose con el cotejo de los informes de defunciones procedentes de Registros Civiles y libros de defunciones de cementerios.

La represión ocurrida de 1966 a 1977 puede cotejarse a nivel judicial con la documentación del Tribunal de Orden Público T.O.P. (creado el 2 de diciembre de 1963 y disuelto el 4 de enero de 1977), aunque aquí la dificultad es mayor, ya que la administración al existir encausados con vida, entorpece mucho su consulta. Parte sustancial de la investigación de este período está por hacer, ya que los plazos legales en muchos casos aún no han transcurrido, aunque muchos familiares de los represaliados en segunda, tercera o incluso cuarta generación así lo estén demandando desde hace tiempo. Fueron años en los que el Estado demostró una gran pericia en la infiltración en unos medios confederales muy debilitados tras la guerra y la posguerra, tanto como en prácticas de intoxicación y desprestigio del Sindicato, previas a procesos de escisión auspiciados desde instancias del poder a cuyo frente se encontraba, entre otros, el que fue ministro franquista de Interior Rodolfo Martín Villa, que destacó por ostentar altos cargos dentro del régimen como Ministro de Relaciones Laborales, Procurador en Cortes o Jefe Provincial del Movimiento de Barcelona.

En cuanto al expolio de los bienes del patrimonio sindical, reflejo del esfuerzo de sus militantes por crear una red de sedes sindicales, cooperativas, ateneos libertarios, escuelas racionalistas, colectividades económicas, comedores, etc., la CNT-AIT sigue reivindicando al Estado español un volumen significativo del mismo, parte del cual fue enajenado violentamente por el franquismo.

La CNT-AIT como organización sindical emblemática dentro de la clase obrera española en el momento del golpe militar y predominante en el espectro laboral en muchas provincias, contaba con cerca de 1.700.000 afiliados, cifra que luego durante el conflicto civil creció con la suma de nuevos adherentes. Dicha posición sumada a sus tradicionales planteamientos de defensa del trabajador, del desfavorecido, del apoyo mutuo y del internacionalismo, determinó ser objeto de un ataque selectivo y deliberado por parte de los grupos más reaccionarios procedentes del estamento político, militar o religioso, teniendo continuidad dicha actuación hasta incluso concluida la denominada “transición política” al actual modelo de monarquía parlamentaria, en los años ochenta del siglo precedente.

Cumple decir con orgullo y tristeza que una buena parte de las cifras indicadas está nutrida con miembros de la CNT-AIT, que la propia organización estima en una cifra no inferior a un tercio de los fusilados, asesinados, desaparecidos, prisioneros y encarcelados por el régimen franquista. Las dificultades, pasadas y actuales, en el acceso a fuentes de información relativas a la represión del régimen franquista, junto al desinterés e indolencia cuando no desidia del Estado español en afrontar un proceso de memoria histórica que reivindique el reconocimiento y buen nombre de todos los represaliados, se presenta como una labor urgente a realizar.

La CNT trata ahora de intensificar las acciones para conseguirlo promoviendo la mayor difusión posible acerca de la represión durante el franquismo, de modo que las generaciones futuras bien informadas de lo ocurrido puedan rechazar ese tipo de planteamientos de barbarie. La Confederación pretende estudiar en profundidad y poner de relieve los impactos de la represión franquista, hasta ahora nada bien conocidos en su integridad, recuperar la verdadera memoria de todos los que dieron su esfuerzo y su vida por la libertad, impedir la tergiversación de la historia real, recuperar el buen nombre de unas víctimas olvidadas muchas veces anónimas y destacar el ejemplo desinteresado de todos los confederales y libertarios en general que se opusieron a la dictadura. Nuestros objetivos no pueden ser otros que romper el miedo que todavía se encuentra asentado en la sociedad española en relación con la memoria histórica, quebrar los múltiples obstáculos que desde la administración se ponen a la investigación en dicha temática y difundir entre la población, especialmente entre las nuevas generaciones, el magnífico y generoso esfuerzo que realizaron aquellos que lucharon por un futuro libre de tiranías.

Secretaría de Cultura

Secretariado Permanente del Comité Confederal