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[Manifestación] 8 de marzo: nada que celebrar, todo por ganar

CNT asistirá a la manifestación del 8 de marzo convocada en la ciudad de Valencia, a las 19:00h en el Parque del Parterre.

Este 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, no hay nada que celebrar y sí todo por ganar. El 8 de Marzo debe servir para recordar a los explotadores y explotadoras que la mujer trabajadora sigue en la lucha y que no va a ceder en la reivindicación de sus derechos.

La mujer trabajadora sufre de manera más contundente la explotación, la desigualdad y la pobreza en este mundo regido por el capitalismo, más aún si cabe en momentos de crisis o de reestructuración del modelo capitalista como el que actualmente sufrimos.

Las mujeres trabajadoras ven ahora cómo se las presiona para retirarlas del mundo laboral, conminándolas a volver al ámbito de lo doméstico, insistiendo con discursos que valoran la maternidad y el papel de cuidadora que históricamente les han sido adjudicados. En los momentos actuales trabajar es un derecho que no debería cuestionarse, pues es el salario lo que nos garantiza la autonomía sin estar condenadas a la dependencia económica de otras personas.

8M_IMAGEN-WEB-PEQEn este contexto podemos pensar que la reforma de la Ley del Aborto no es gratuita, ya que va a significar que a la mujer se le imponga la maternidad y la vuelta al hogar aunque no lo desee. Por si no tuvieran bastante con sufrir las consecuencias de la Ley Mordaza, como el resto de los trabajadores, a las mujeres se las acusa políticamente de ser las culpables de los abortos, en un intento de despreciarlas y discriminarlas socialmente.

Este 8 de marzo, no sólo tenemos que luchar para avanzar en la conquista de derechos y la igualdad real entre hombres y mujeres, sino que nos vemos obligados a defender un derecho adquirido tan importante como el del aborto. Rechazamos el ataque a la autonomía de la mujer de los sectores más retrógrados del poder político, económico y religioso de este país. Pretenden anular el derecho al aborto sin importarles las consecuencias en nuestras vidas. Quieren imponer sus valores morales, tan reaccionarios como controladores, sobre las personas, sus cuerpos y su sexualidad; en definitiva, conducir otra parte más de nuestras vidas para sus propios intereses.

Por otra parte, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora debemos recordar a esas compañeras que fueron asesinadas, encerradas en la fábrica a la que prendieron fuego los empresarios, por reclamar sus derechos laborales, para que nadie olvide que la mujer siempre fue activa en la lucha. Desde el primer momento se sumó al movimiento obrero, enfrentándose a una doble batalla para ellas, ya que aparte de oponerse a los explotadores tuvieron que bregar ante la resistencia que no pocos compañeros mostraban a su incorporación al mundo sindical y del trabajo.

Desde el anarcosindicalismo reconocemos y alentamos a la lucha a las mujeres obreras, por su derecho a trabajar y ser independientes, por tener igual salario por igual trabajo, por ser dueñas de su cuerpo y su vida.

Quien piense que es una lucha vana, o la menosprecie, por considerar que con ella se reclama ser tan explotada como lo son los hombres, parte de la premisa de que la mujer trabajadora conquistará su libertad al mismo tiempo que los hombres trabajadores, cuando por fin tengamos una sociedad anarquista. Pero si no luchamos juntos esa sociedad no será realmente anarquista. Para que eso ocurra es obligación de todas y todos luchar por la igualdad entre trabajadores y trabajadoras, sin ambages.

Es nuestra obligación como anarcosindicalistas quitar la venda que impide ver que la actual situación laboral de las trabajadoras es sinónimo de más precariedad, desigualdad salarial, contratos parciales y sectores laborales totalmente separados por género. Además no puede ignorarse el acoso laboral que sufren las mujeres obreras, intolerancia, sexismo, etc, por el mero hecho de ser mujer.

Igualmente podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la pobreza tiene nombre de mujer.

La organización sindical de las mujeres trabajadoras es fundamental para lograr nuestros objetivos. Mujeres y hombres de la CNT compartimos el deseo de transformar esta sociedad patriarcal, competitiva, explotadora e injusta.

Queremos una sociedad nueva, muy diferente a la que hoy conocemos, una sociedad de iguales, sin explotados ni explotadores.

Y para conseguirlo, en la clase trabajadora debemos organizarnos sindicalmente para empezar a lograr esa transformación a la que aspiramos, juntos, reconociendo la explotación que sufren las compañeras por el mero hecho de ser mujeres.

En nuestras manos está demostrar a las mujeres trabajadoras que en la Anarcosindical están en pie de igualdad con los hombres en la lucha.

Salgamos a la calle, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, todos y todas, con el mismo ímpetu que lo hacemos en el Primero de Mayo, para dejar bien claro que como clase trabajadora no vamos a renunciar a lo que consideramos que es nuestro, que nos pertenece. Como mujeres trabajadoras tenemos todo por ganar.

¡Nosotras parimos, nosotras decidimos!

Secretariado Permanente del Comité Confederal
de la Confederación Nacional del Trabajo CNT-AIT

 

http://cnt.es/noticias/dossier-mujer-sindicalismo-y-sociedad

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[CRÓNICA – 8 de marzo de 2013] 8 de Marzo Revolucionario: ¡No es una fiesta, es una lucha!

CNT- Valencia sale a la calle para reivindicar el 8 de marzo como una jornada de lucha, no de celebración.

Numerosas organizaciones y colectivos se manifestaron el 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, en Valencia en el marco de una jornada de lucha conmemorativa y, en muchos casos, festiva.

La manifestación dio comienzo a las 19.30h, saliendo de la Plaza del Parterre, donde las organizaciones y colectivos participantes habían fijado el punto de salida. Tras unos momentos de tensión, por causa de la insistencia de algunas asociaciones de mujeres en no dejar pasar a las organizaciones sindicales –puesto que las primeras en encabezar la manifestación debían ser, según éstas, “únicamente” las asociaciones de mujeres-, CNT inició la marcha en un bloque propio, desmarcándose claramente, desde el comienzo, del carácter festivo que pretendían transmitir muchas de las asociaciones asistentes.

CNT se manifestó en un bloque combativo, reivindicando un 8 de marzo revolucionario y entendido desde una perspectiva de clase y de género. Compañeras y compañeros de CNT se alternaron el megáfono para corear consignas contra Capital y patriarcado. Así, con frases como: “Iguales en la crisis, iguales en la lucha”, “Todos los días son 8 de marzo”, “Igualdad salarial para todos y todas”, “Obrero/a si no luchas, nadie te escucha”, “8 de marzo revolucionario” o “Ni amas ni sumisas, mujeres combativas”, el bloque avanzó recorriendo la calle Colón, pasando por Marqués de Sotelo y la Plaza de la Reina hasta llegar a la Plaza de la Virgen, donde estaba prevista la finalización de la manifestación.

Llegado a este punto, el bloque de CNT, se apartó a un lado de la plaza para continuar coreando consignas que mostraran su total discrepancia con el discurso que allí se estaba pronunciando. “Fuera el feminismo de la burguesía”, “Obrera si no luchas, nadie te escucha” o “Lucha combativa contra estado y patriarcado” fueron algunas de las frases que entonaron los/las compañeros/as presentes, mostrando su frontal rechazo a la manera mayoritaria en que se entiende el Día de la Mujer Trabajadora e insistiendo en que el 8 de marzo no es una jornada festiva sino un día de lucha.

Momentos antes, ya se había acercado alguna “representante” de colectivo u organización desconocida para recriminar a uno de los compañeros que se turnaba el megáfono porque, según ella: “Hoy el megáfono solo lo puede llevar una mujer y las consignas tienen que ser únicamente feministas”, mostrando, por tanto, un claro desprecio por la igualdad real, desde una conciencia de clase y de género.

CNT se situó, finalmente, en un lateral de la plaza, donde se encontraba encadenada Loli,  una mujer postrada en una silla de ruedas debido a la enfermedad que padece, que lucha con verdadero coraje para combatir los recortes en la Ley de Dependencia y denunciar la situación que, junto con numerosas personas discapacitadas, está sufriendo.

La manifestación se dio por finalizada sobre las 21.30h, no sin la intervención estelar de una “compañera” –institucionalmente- sindicalista que, tras acusar al bloque de estar “jodiéndoles” el discurso, ordenó a los/las compañeros/as que se callaran ya. Todo dentro de un contexto “igualitario” y “positivo”, por supuesto.

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[Manifestación 8 marzo 2013] ¡Mujeres en pie! Los tiempos cambian, la explotación permanece

C.N.T. asistirá a la manifestación del 8 de marzo convocada en la ciudad de Valencia, a las 19:30h en el Parque del Parterre.

Estamos viviendo uno de los mayores retrocesos en los derechos laborales. Reforma laboral, recortes sociales, privatización de servicios públicos, rescate a la banca, tasas judiciales, futura reforma de ley de bases de régimen local, recortes del gasto público en educación, sanidad, vivienda y servicios sociales nos sitúan a la clase trabajadora en un panorama con seis millones de tasa de desempleo y ejecuciones contínuas de desahucios que abocan a los y las trabajadoras a una indefensión personal que se traducen en el aumento de enfermedades mentales y suicidios.

Un sistema capitalista y patriarcal que nos empobrece a la clase trabajadora y se ensaña especialmente en las mujeres. Mayor tasa de desempleo que los hombres, menor salario a igual trabajo, mayor precariedad y trabajos a media jornada, mayor carga en las responsabilidades familiares y de atención a menores y mayores, menor participación social, sindical y militante, menor presencia de mujeres en cargos de gestión, que no son fruto de la causalidad y del determinismo.

Según la EPA hay prácticamente el mismo número de hombres que de mujeres en edad laboral, más del 25 % de la población activa está en paro, pero la tasa de desempleo es superior en mujeres, alcanzando el 26,7 %. Los contratos a tiempo parcial son aceptados por mujeres, en su mayoría.

Son las mujeres quienes trabajan en los sectores de servicios que más se han visto atacados por la crisis, hostelería, limpieza, sanidad, educación, servicios sociales y por tanto mayor afectadas por su salida del mercado laboral. Constituyen el 80% en los servicios públicos, que se ven afectados por ERE.s y procesos de privatización

En caso de continuar trabajando, el salario anual-tipo de la trabajadora sólo llega al 76% del salario tipo del trabajador. Las trabajadoras cobran por hora un 16,2% menos que los trabajadores, de media, según informe emitido por la UE

Con la última Reforma Laboral se elimina la calificación legal de la ausencia de discriminación por género en el trabajo como “garantía”, la posibilidad del disfrute indistinto y conjunto del permiso de lactancia en supuestos en los que padre y madre trabajen, dificultando notablemente la aplicación del principio de corresponsabilidad en la crianza de los hijos e hijas y le aplica la estricción de la posibilidad de reducción de jornada por cargas familiares a la jornada diaria, abocando a las personas que tienen dichas cargas en muchas ocasiones al abandono del empleo por perder de esta manera casi cualquier posibilidad de conciliar su vida laboral y familiar.

En el ámbito familiar las mujeres dedicamos un 33 % más de tiempo a las actividades domésticas respecto al resto de miembros de la unidad de convivencia. Y en el ámbito sindical tenemos una menor afiliación porcentual, y nuestra vida activa para la asunción de cargos está directamente vinculada a la edad fértil y a las responsabilidades de atención sociosanitaria de familiares. Pérdida de empleo, falta de capacidad económica para cubrir las necesidades básicas de alimento, educación y vivencia unida a una falta de red de apoyo social y familiar desemboca directamente en procesos de exclusión social en la que las mujeres somos más vulnerables.

Visto así, el panorama que tenemos las mujeres trabajadoras no es precisamente el deseable para nadie. La lucha por la igualdad es cuestión de toda la clase trabajadora y se hace extensible a todas las facetas vitales, trabajo, sindicalismo, unidad de convivencia, participación social. Denunciar nuestra situación para cambiarla, incorporar las reivindicaciones laborales con perspectiva de género en nuestra ruta sindical, adaptar nuestro funcionamiento sindical a las necesidades de compañeras y compañeros, corresponsabilizarnos para luchar contra la desigualdad y por el reparto de la riqueza y el trabajo es el objetivo de la CNT.

Secretariado Permanente del Comité Confederal
Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T)

CNT-Valencia llama a la participación en la Manifestación del 8 de Marzo 2012

De nuevo nos encontramos ante la celebración conmemorativa del Día de la Mujer. Desde CNT-Valencia, no podemos entender este día como otra jornada puntual que –mayoritariamente- se subraya y reivindica olvidando, en ocasiones, que las agresiones a las que nuestra lucha hace frente con convicción no solamente comprenden un tiempo determinado de 24 horas.

El patriarcado y su injusticia medieval, así como la desigualdad que emana de la hegemonía masculina, no empieza y acaba con fecha y hora exacta. Como no lo hace, por otra parte, la opresión del capital. En paralelo a las falacias que se acomodan con facilidad pasmosa en nuestra sociedad –siempre con la ayuda de los medios de (des)información-, existe aún la creencia ilusa de que realmente hombres y mujeres gozamos, a día de hoy, de un trato igualitario. Algo que no debiéramos cuestionar si no fuera por la desigualdad laboral, la dedicación exclusiva a tareas no remuneradas –y en ocasiones infravaloradas en sus propios hogares-, pensiones miserables, despidos por maternidad, trabajadoras extranjeras explotadas por la desregulación de determinados sectores, esclavas sexuales –muchas de ellas sometidas por mujeres- o la discriminación positiva, que no es sino otra forma más de desigualdad en su versión más sibilina… Hechos inapreciables y sobredimensionados para algunos y/o algunas, sin duda. Como nuestro lugar en la sociedad, aplastado y eclipsado por el miedo a que la mujer tome las riendas de su vida y ocupe su lugar en la lucha por su propia emancipación, dejando de lado ese papel de actriz secundaria de la vida de algunos padres y maridos, y rebelándose contra una sociedad implacable que, mediante un machismo interiorizado, no le perdonará la imperfección –ni por dentro ni por fuera.

Muchas de nosotras no deseamos que nos abran puerta alguna o nos cedan la palabra por delicadeza y deferencia caballeresca. Tampoco queremos ser mantenidas ni que se disculpen por actitudes soeces o palabras malsonantes en nuestra presencia. Queremos ser iguales, con los mismos derechos, deberes y responsabilidades. Muchas queremos poder y podemos querer NO ser perfectas. Queremos poder NO tener siempre un gesto dulce, comprensivo y sumiso, queremos poder hablar con voz alta y firme, gritar y luchar hasta las últimas consecuencias, sin ser por ello condenadas y prejuzgadas. Y queremos hacerlo sin que ello llame la atención, sin que de ello emane el tufillo distintivo de lo “anormal”, sin que se considere –aunque sea de manera indirecta e inconsciente-, salirse de lo “natural”. El yugo opresor de un canon estético, psicológico y actitudinal NO puede escribir nuestro guión porque esas palabras deben salir de nuestra garganta.

La emancipación y la lucha por la igualdad, así como la ruptura con el sistema patriarcal, es responsabilidad de todos y todas. No sin la implicación de todos y todas conseguiremos la sociedad justa e igualitaria que queremos. No sin la autocrítica y la reflexión sobre nuestros actos llegaremos a alcanzarla. Fomentemos la igualdad cada día, en cada decisión y en cada gesto. Reivindiquemos este día desde la coherencia y la consecuencia diaria.

Seamos iguales en la lucha.

ACUDE A LA MANIFESTACIÓN DEL 8 DE MARZO

Parque del Parterre, a las 19.30h

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En valencià:

CNT- València fa un crida a la participació en la Manifestació del 8 de Març

Novament ens trobem davant la celebració commemorativa del Dia de la Dona. Des de CNT- València, no podem entendre aquest dia com una altra jornada puntual que –majoritàriament- es subratlla i reivindica oblidant, de vegades, que les agressions a les quals la nostra lluita s’enfronta amb convicció no sols comprenen un temps determinat de 24 hores.

El patriarcat i la seua injustícia medieval, així com la desigualtat que emana de la hegemonia masculina, no comença i acaba amb data i hora exacta. Como no ho fa, altrament, l’opressió del capital. En paral·lel a les fal·làcies que s’acomoden amb una facilitat esglaiant a la nostra societat –sempre amb l’ajuda dels mitjans de (des)informació-, existeix encara la creença il·lusa que realment homes i dones gaudim, a hores d’ara, d’un tracte igualitari. La qual cosa no hauríem de qüestionar si no fos per la desigualtat laboral, la dedicació exclusiva a tasques no remunerades –i de vegades infravalorades a les seus pròpies llars-, pensions miserables, acomiadaments per maternitat, treballadores estrangeres explotades per la desregulació de determinats sectors, esclaves sexuals –moltes d’elles sotmeses per dones- o la discriminació positiva, que no és sinó una altra mena més de desigualtat en la seua versió més sibil·lina… Fets inapreciables i sobredimensionats per alguns i/o algunes, sense dubte. Com el nostre lloc a la societat, esclafat i eclipsat per la por que la dona agafe les rendes de la seua vida i ocupe el seu lloc a la lluita per la emancipació pròpia, deixant d’una banda eixe paper d’actriu secundària a la vida d’alguns pares i marits, i rebel·lant-se contra una societat implacable que, mitjançant un masclisme interioritzat, no li perdonarà la imperfecció -ni per dins ni per fora.

Moltes de nosaltres no desitgem que ens obrin porta alguna o ens cedeixen la paraula per delicadesa i deferència cavalleresca. Tampoc no volem ser mantingudes ni que es disculpen per actituds grolleres o paraules malsonants en la nostra presència. Volem ser iguals, amb els mateixos drets, deures i responsabilitats. Moltes volem poder i podem voler NO ser perfectes. Volem poder NO tindre sempre un gest dolç, comprensiu i sumís, volem poder parlar amb veu alta i ferma, cridar i lluitar fins les últimes conseqüències, sense ser per això condemnades i prejutjades. I volem fer-ho sense que això cride l’atenció, sense que d’això emane un tufet distintiu d’allò “anormal”, sense que es considere –encara que siga de manera indirecta i inconscient-, eixir-se d’allò “natural”. El jou opressor d’un cànon estètic, psicològic i actitudinal NO pot escriure el nostre guió perquè eixes paraules han d’eixir de la nostra gola.

L’emancipació i la lluita per la igualtat, així com el trencament amb el sistema patriarcal, és responsabilitat de tots i totes. No sense la implicació de tots i totes aconseguirem la societat justa i igualitària que volem. No sense l’autocrítica i la reflexió sobre els nostres actes arribarem a atènyer-la. Fomentem la igualtat cada dia, a cada decisió i a cada gest. Reivindiquem aquest dia des de la coherència i la conseqüència diària.

Siguem iguals en la lluita.


8 de marzo 2012, día de la mujer trabajadora

En Italia, en el día de la mujer trabajadora, se regalan mimosas, las flores alegres y amarillas de la primavera, símbolo del retorno, de la vida y de la renovación. La lucha y los logros de la mujer trabajadora, la que se incorporó a las fábricas en masa en el siglo XIX, es para echar flores.

De ser consideradas niñas o incompetentes, poco a poco consiguieron el control legal sobre sus ingresos, sobre su estado civil, la mayoría de edad ante la ley, la entrada en la educación pública donde la hubiera (primaria y universitaria), el acceso a los mismos trabajos liberales que los hombres (profesoras, médicos, ingenieras) donde anteriormente su entrada había sido vetada, abortos legales con cuidados médicos, o mayor control sobre su propia capacidad reproductora.

Pasos gigantes, pero pasos que tomamos juntos. No caigamos en la trampa de hacer de la lucha de las mujeres una lucha separada, como si de otro tema se tratara. Juntos con sus compañeros las mujeres han estado en todas las luchas obreras del siglo XX. Juntos hombres y mujeres trabajadores han conseguido la semana de 40 horas, juntos la jubilación retribuida, juntos la salud pública, y juntos la indemnización por paro. Beneficios que nuestros abuelos y bisabuelas nos consiguieron y que hasta hoy hemos disfrutado.

Así ellas, sí lucharon, con el doble de fuerza para tener que enfrentarse al patriarcado y a la patronal, inseparables el uno del otro. Pero no creamos que la lucha ya ganada, quieta se queda. No hay más que ver la reciente retahíla de “reformas” en merma de estos avances duramente adquiridos. ¿Nos quedamos pasivamente asombrados? Parecería que nos hubiéramos olvidado contra quiénes nos enfrentamos y que lo tenemos que enfrentar juntos, entrelazando íntimamente la lucha obrera con la lucha feminista.

Recordémonoslo. En el Congreso de Constitución de la CNT, en 1910, hace más de un siglo, ya se afirmó lo siguiente:

“[…H]emos de considerar que la disminución de horas de trabajo de muchos de nosotros la debemos indirectamente al penoso trabajo de las mujeres [póngase “inmigrante” para hoy en día] en las fábricas; mientras tanto que muchos de nosotros permitimos que nuestras compañeras se levanten de la cama antes de las cinco de la mañana y nosotros permanezcamos descansando, y cuando la mujer acaba de derramar su sangre por espacio de doce horas, para mantener los vicios de un explotador, llega a su casa y en lugar de un descanso se encuentra con un nuevo burgués -compañero- que con la mayor tranquilidad espera que haga los quehaceres domésticos […]”.

En el mismo congreso constitucional se subraya esa doble explotación y proponen una manera de aminorarla. Declaran que: “Entendiendo que para lograr su independencia la mujer necesita del trabajo y por consiguiente éste es penoso y mal retribuido. Proponemos: 1º Que el salario responda a su trabajo con idéntica proporción al del hombre […]”.

Veintiun años más tarde los compañeros insistían en esa brecha salarial. Exigen “[q]ue el tipo de salario mínimo establecido será aplicado indistintamente a hombres y mujeres y que no se permitirá la realización de ningún trabajo con remuneración inferior a dicho salario mínimo” (III Congreso de la CNT, 1931).

Como es de suponer la dictadura no mejoró las cosas y en 1979 se vio en un Congreso la necesidad de insistir en la cuestión: “Exigencia de la implantación general de la equiparación de salarios entre hombre y mujer” (V Congreso).

¿Cómo mejoran las mujeres sus condiciones laborales para ayudar a conseguir ser libres; cómo, pues, cerrar la brecha? Nosotros desde la CNT lo vemos claro. En 1910 el hecho de afiliarse y la mejora de las condiciones laborales son tan estrechamente relacionados que los incluyen en el mismísimo punto: “Que sea deber de las entidades que integran la Confederación Nacional del Trabajo Española, se comprometan a hacer una activa campaña para asociar a las mujeres y para disminuir las horas de labor” (1910). No sólo deben afiliarse pasivamente y formar partes de comités especiales porque “queda sobrentendido que las mujeres han de pertenecer a los sindicatos, y, por ende, a sus juntas administrativas, técnicas, etc.” (II Congreso, 1919). El último congreso (2010) hizo hincapié en lo mismo y puntualiza que “[e]l aumento de afiliación y de participación de las afiliadas en la vida del sindicato [es un] objetivo a conseguir”.

En nuestra sociedad actual tenemos más personas trabajando así que ¿por qué es que seguimos en las mismas, con las 40 horas que ganaron nuestros abuelos? ¿Por qué las cifras de afiliación son tan parcas? Y para los que creen que el paro es un fenómeno reciente que sólo tiene arreglo en un “crecimiento” económico, remito al análisis hecho justo antes de la guerra civil.

“El paro obrero, que ha sido ocasionado por el desarrollo de la maquinaria, desarrollo tan notable que permite que una mujer cuide hoy veinte telares cuando ayer sólo podría llevar uno o dos, ocasionando también por la irrupción de la mujer en las actividades de múltiples trabajos que antes estaban reservados a los hombres; el paro que, en fin, es un producto de múltiples contradicciones capitalistas, no puede, no debe de ser solucionado por la clase trabajadora imponiendo a ésta el sacrificio de repartir el trabajo en las condiciones que hoy se hace. La razón queda perfectamente explicada si tenemos en cuenta que el paro tiene su determinación en el desarrollo siempre creciente del maquinismo y en la irrupción cada día más numerosa de las mujeres en el mundo de la producción. En estas condiciones el paro obrero no solamente no tendrá fin, antes el contrario, puede afirmarse que tenderá a extenderse de tal manera que, siguiendo el procedimiento del reparto del trabajo, las masas obreras llegarían a trabajar solamente dos, uno y hasta medio día a la semana. Y este reparto que a simple vista parece estar inspirado por móviles generosos y altruistas, en la práctica sería la causa del empobrecimiento y depauperación de las masas obreras. Sin embargo, en potencia la solución está dentro de este sentido del reparto del trabajo. Repartir el trabajo, sí, pero sin que se produzca el más leve decrecimiento en la capacidad adquisitiva de los trabajadores. La máquina ha venido a libertar al hombre del esfuerzo agotador del trabajo organizado. Y puede afirmarse hoy que dentro de los grandes contrasentidos del régimen, el mayor de ellos lo constituye el hombre libertado de la esclavitud del trabajo muriéndose de hambre” (VI Congreso de la CNT, 1936).

Como dice el X Congreso del sindicato anarcosindicalista, “[l]a CNT no crea estructuras ‘terapeúticas’ sino que incorpora la cuestión de la explotación de la mujer trabajadora al núcleo central de la lucha por una sociedad más libre y más justa” (2010).

Hoy día con la nueva reforma laboral recién decretada, las mujeres afrontan un claro retroceso en las luchas que han ganado en el pasado. En vez de cerrar la brecha laboral, se va a ampliar (cuanto más inestable sea el empleo, más despidos van a haber en el colectivo femenino por estimarlo menos “entregado” a la empresa) y en vez de dedicar más horas a la vida y la familia, las horas extraordinarias ahora permitidas van a ir en detrimento a la reconciliación familiar, para citar sólo dos ejemplos.

Esta reforma sólo nos recuerda que el otro lado siempre está al acecho y en cuanto dejemos de lucha, toma posición para sacar más beneficio de nuestro trabajo. La mejor forma, para no decir la única, de defendernos, y no sólo de defendernos sino de ponernos en la ofensiva, es sindicarnos, las mujeres juntos con los hombres, sin líderes, sin dineritos del estado, sin burocracia. En la CNT.

La lucha nos brinda flores, y flores nos debemos echar, pero sin nunca olvidar que la lucha les ha dado el espacio para florecer y sin ella, marchitando van.