En una publicación anterior sobre la libertad sexual, mencionábamos una investigación de la Agencia Europea de los derechos Fundamentales acerca de las discriminaciones sufridas en la UE y Croacia por los colectivos LGTB. Tras leer el informe nos asaltaba la duda acerca de si no se había tenido en cuenta a las personas intersexuales y queer para realizar el estudio o si simplemente se las había incluido implícitamente en el grupo transgénero.
Esto puede parecer relativamente irrelevante pero no deja de ser un revelador síntoma del papel que juega la invisibilización en la especial marginación social que sufren las personas que no se ajustan al rol de género que socialmente se les asigna. El desconocimiento genera el caldo de cultivo necesario para que afloren las fobias y los datos están ahí para demostrar que quienes más sufren la invisibilización son también a quienes más se discrimina. Si una de cada cinco personas se ha sentido discriminada por su orientación sexual en el mundo laboral, la proporción asciende a una de cada tres cuando hablamos de discriminaciones por identidad de género. Una diferencia notable que se aprecia también en otras cuestiones como las amenazas o las agresiones físicas.
Así que cuando los medios de comunicación, la industria de la cultura o el sistema educativo se niegan sistemáticamente a abordar la interesexualidad, la identidad queer o incluso la realidad de las personas transgénero, están contribuyendo por omisión a la brutal discriminación que sufren quienes no se ajustan a la identidad de género que les ha sido socialmente asignada. Es por lo tanto fundamental que los colectivos y organizaciones obreras de base hagan suya, además de la lucha de clases, la lucha para educar a la sociedad en el conocimiento y el respeto por la diversidad de género.
Federación Local de Valencia
Confederación Nacional del Trabajo (CNT)