Cuando la IWMA (IWA desde 1974) celebró su Congreso Fundacional durante el cambio de año 1922-1923, el telón de fondo era de grandes conmociones. La Primera Guerra Mundial había acabado unos cuantos años antes, una guerra que fue seguida de inmediato por movimientos revolucionarios
generalizados en una serie de países, estableciendo tendencias duraderas en el desarrollo del mundo.
La llamada internacional sindical Roja fue fundada en un congreso en Moscú en 1921. Esta organización realizó grandes esfuerzos por ganarse como miembros a los sindicalistas revolucionarios, pero las organizaciones sindicalistas revolucionarias rechazaron esto al no querer involucrarse en una internacional sindical dirigida por un movimiento político.
Durante los días 25.12.1922 a 02.01.1923, los delegados de 10 países, en representación de alrededor de 2 millones de trabajadores organizados, celebraron un congreso en Berlín. Fue en este congreso donde se fundó la internacional sindicalista revolucionaria/anarcosindicalista IWMA.
Muchas de las organizaciones afiliadas de mayor tamaño se rompieron, fueron empujadas a la clandestinidad o barridas a lo largo de los años 1920-1930. En España estaba la dictadura de Primo de Rivera en los años 20 y después la represión y las huelgas y revueltas de la Segunda República a inicios de los años 30. Más tarde estalló la Guerra civil Española y la Revolución Social que culminó con la CNT-AIT española en la clandestinidad después de la victoria de los fascistas de Francisco Franco.
La FAU alemana luchó durante los últimos años 20 y principios de los años 30 y se enfrentó a la represión por parte del nazismo. La USI italiana se enfrentó a una represión brutal por parte de los fascistas de Benito Mussolini y, como la FAUD, pasó a la clandestinidad. También la CGT de Portugal se vio en la clandestinidad y fue reprimida por una dictadura.
En Argentina, la FORA se enfrentó a otra grave represión tras el golpe militar de 1930. Represiones masivas por parte de los gobiernos repitieron estas derrotas por todo el mundo, y los sindicatos anarcosindicalistas fueron destruidos y empujados a la clandestinidad en Perú, Brasil, Colombia, Japón, Cuba, Bulgaria, Paraguay y Bolivia.
Hoy día la AIT es, con sus 13 Secciones, una organización viva y activa. El capitalismo demuestra que no puede resolver las necesidades básicas de las personas y, cada vez para más trabajadores, se hace obvio que las llamadas democracias son dictaduras económicas.
La mejor manera de conmemorar la fundación de la AIT hace 90 años es continuar adelante y mantener la fe en las ideas del anarcosindicalismo: la AIT acelera sus acciones directas y de solidaridad, que se necesitan con tanta urgencia, para defender nuestros intereses y para luchar por una sociedad libre y comunista libertaria.
¡Viva la AIT y el anarcosindicalismo!
Oslo, 14 de febrero de 2013
Secretariado de la AIT