CNT-Valencia hace un llamamiento a la movilización durante la primera semana de octubre en la que tendrá lugar una jornada de lucha europea por la sanidad pública y que en Valencia la organiza la Coordinadora Antiprivatització de la Sanitat del País Valencià.
- Lunes 01 de octubre -> Asamblea popular abierta a las 19:30 en la plaza del Ayuntamiento.
- Miércoles 03 de octubre -> Cadena humana alrededor del hospital la Fe de Campanar a las 19:30.
- Sábado 06 de octubre -> Manifestación unitaria por la sanidad y los servicios públicos en la plaza San Agustín a las 18:30.
USUARIOS
Un fantasma recorre toda Europa desmantelando los sistemas públicos de salud. Aun siendo modelos diferentes, tienen semejanzas, pues atendían, hasta hace poco, a todos los residentes en cada uno de los países con ciertos niveles de calidad. Sin embargo, en los últimos años, bajo la dictadura de las palabras mágicas “eficiencia”, “crisis”, “abuso”, “insostenibilidad”, …, han comenzado a ser desmantelados.
Los sistemas públicos de salud europeos se crearon a finales de la segunda Guerra Mundial, con la finalidad de tratar las enfermedades de los trabajadores, para que estos fueran incorporados lo más rápidamente posible al puesto de trabajo. En el contexto actual, con la deslocalización de toda la producción a países del sur, que establece en ellos condiciones laborales de semiesclavitud en pleno siglo XXI, al capitalismo no le interesa ya mantener en Europa sistemas de salud de calidad y mucho menos gratuitos en el momento del uso, porque ya no necesita nuestra mano de obra.
Estamos asistiendo a algo que se ha gestado durante tiempo, la conversión de la salud en una mercancía; para ello, partidos conservadores y de “izquierda” ejecutan obedientemente las órdenes de los que mandan: la industria de la salud/enfermedad y los bancos. Este plan, perfectamente planificado, establece un proceso de deterioro, desprestigio y desmantelamiento de los sistemas públicos de salud, para:
- Dirigir a los sectores más pudientes hacia los seguros privados;
- Privatizar las partes del sistema, procesos y pacientes rentables. Lo no rentable se mantiene en la pública. Para ello se extiende la gestión por empresas privadas de centros públicos con la cobertura legal de la Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión (aprobada por PP. PSOE, PNV, CC y CiU);
- Establecer un sistema de beneficencia con los restos de la sanidad pública, para trabajadores y parados (por ahora), mientras se excluye ya a los inmigrantes sin papeles. El caso más dramático es Grecia, donde para tener asistencia sanitaria tienes que haber cotizado un mínimo de 60 días el año anterior, lo que ha dejado fuera del sistema a más de dos millones de personas.
Las repercusiones son similares en toda Europa:
- Incremento de las listas de espera y de los tiempos de atención;
- Establecimiento y/o aumento de repagos, lo que impide el acceso de los más pobres, parados y excluidos;
- Exclusión de prestaciones (hasta ahora gratuitas), que deberán ser pagadas, en parte o en su totalidad, para poder tener acceso a ellas, como acaba de anunciar la Ministra de Sanidad.
- Aumento de las tasas de mortalidad y morbilidad y descenso de la esperanza de vida, sobre todo, en los sectores más débiles;
- Aparición de enfermedades ya erradicadas.
TRABAJADORES DE LA SALUD
La privatización de los sistemas públicos de salud va unida, en todos los casos, a la destrucción de las condiciones laborales de los trabajadores del sector. El modelo seguido en Europa para privatizar, destruir las condiciones laborales e introducir salarios de hambre entre los profesionales es muy similar, y se lleva a cabo con el silencio y la complicidad de los grandes sindicatos subvencionados de la CES:
- Se asignan presupuestos anuales fijos (que no cubren las necesidades reales de atención de los pacientes) a los centros sanitarios. Esto provoca el endeudamiento de los centros, lo que es utilizado para privatizarlos con el falso discurso de que los nuevos propietarios reestructurarán la deuda y los harán rentables. Así, los políticos traspasan a las empresas privadas la prestación de servicios hasta ahora públicos.
- Introducen la “competencia” entre centros para crear un “mercado interno”: quien más recorte (a costa de la calidad y la reducción de plantillas), más dinero recibe.
- Se atacan las relaciones laborales actuales, suprimiendo los contratos y transformándolos en “prestaciones de servicios” a través de contratos mercantiles (autónomos). Desaparece la posibilidad de sindicarse.
En Polonia se ha introducido la figura de la “enfermera independiente” (trabajadora autónoma que contrata sus servicios con la dirección del hospital), que llega a trabajar entre 250-300 horas/mes, el doble que una enfermera de plantilla. No cobran un salario fijo, sino por horas (menos de 500 €/mes). Se está sustituyendo a los profesionales de plantilla por esta nueva modalidad de explotación.
En Portugal se han establecido “paquetes de horas de consulta” licitados para que médicos externos al sistema (de nuevo con un contrato mercantil) los asuman, lo que en la práctica es un robo de pacientes a los médicos del sector público.
En Grecia los salarios han sido reducidos en un 40 % en tres años: así un enfermero, que
cobraba 2000 euros/mes, cobra ahora 1.000.
En Eslovaquia la hora de atención continuada de un medico se ha pagado incluso a 5 €,
llegando a cobrar menos de 1.000 €/mes (una exitosa huelga ha permitido alcanzar salarios de unos 2.300 €/mes).
En Hungría un especialista cobra alrededor de 1.400 €/mes.
En los países nórdicos, en teoría “abanderados de los derechos laborales”, se están aprovechando del paro entre los profesionales sanitarios del sur de Europa: se están ofreciendo contratos “no continuados”, que pueden ser interrumpidos en cualquier momento, según el interés de los hospitales, y con penalizaciones de hasta 12.000 € si se rompen.
En Francia se están cerrando cientos de camas y hospitales comarcales, con los consiguientes despidos de trabajadores.
Estas medidas van a ser aplicadas en todos los países de Europa. El deterioro de las condiciones laborales del personal de salud es la otra cara de la moneda del proceso de privatización sanitaria. Sólo unid@s, usuari@s y trabajador@s de la salud podremos vencer.