La central sindical, como cada año, acudirá a las 11:00h al Mercado de Abastos de València el 24 de junio para recordar la memoria del militante cenetista Valentín González asesinado por la policía durante la huelga de los braceros de carga y descarga del mercado.
El sindicato CNT acudirá al acto homenaje a nuestro compañero Valentín González. En recuerdo a él y a todos los trabajadores del Mercado de Abastos de Valencia, a su lucha por una mejora en sus condiciones de trabajo. Acudimos por mantener viva la memoria de la clase trabajadora y para rechazar la brutalidad policial y la represión al sindicalismo.
En 1979, la situación laboral de los trabajadores del Mercado de Abastos de Valencia era bastante crítica. Nuestros compañeros, llevaban varios meses exigiendo los salarios que la patronal les adeudaba y, pese a que existía una orden del gobierno que obligaba a pagar esa deuda salarial, seguían sin cobrar. Habiendo agotado todas las vías posibles para solucionar el conflicto, los trabajadores de la “colla” de carga y descarga del Mercado de Abastos -en su gran mayoría afiliados al Sindicato de Transportes de CNT en València- decidieron, como último recurso, convocar una huelga el 25 de junio de dicho año.
El día de la huelga por la mañana, los trabajadores reunidos en Asamblea tomaban acuerdos para evitar cualquier tipo de enfrentamiento con la policía dejando claro a los trabajadores que podían actuar con total normalidad, puesto que la convocatoria de huelga estaba legalizada por el Sindicato. La huelga se desarrollaba de forma pacífica y dentro de la normalidad, con un piquete informativo en la entrada del mercado y otro grupo integrado por los más jóvenes se organizaban en el interior. Entonces aparecieron unos 50 agentes de policía preguntando si la huelga estaba legalizada a lo que los trabajadores respondieron afirmativamente presentando el escrito en el que se autorizaba la convocatoria. La policía, sin importar el documento, ordenó desalojar el mercado en tres minutos. Ante esta orden, los trabajadores decidieron refugiarse en los vestuarios del mercado –situado en la misma puerta de acceso-. Uno de los trabajadores de la “colla” allí refugiados, era un joven de 20 años llamado Valentín González, el cual se encontraba junto a su padre, de 48 años de edad -ambos eran afiliados de la CNT.
Al percatarse del lugar en que los trabajadores se habían refugiado, la policía comenzó a lanzar botes de humo en el interior de los vestuarios, consiguiendo que los trabajadores que se encontraban refugiados tuvieran dificultades para respirar. Padre e hijo consiguieron escapar al exterior pero un miembro de la policía que corría tras ellos logró alcanzar al padre, propinándole varios golpes y provocando que el joven Valentín se dirigiera en su auxilio. Fue entonces cuando, de repente, y desde solo dos metros de distancia, otro policía disparó al joven compañero con una pelota de goma. Valentín intentó aferrarse a una valla para mantenerse en pie, pero recibió un fuerte golpe en la cabeza que le hizo caer al suelo.
Los trabajadores, viendo a su compañero tendido en el suelo, presenciaban cómo la tensión iba en aumento mientras la policía les apuntaba con las metralletas para evitar que se acercaran. Valentín fue trasladado urgentemente al hospital, donde ingresó cadáver a causa de una hemorragia interna. Durante esa misma noche, los teléfonos de CNT-València sonaron sin pausa: numerosos trabajadores y periodistas se interesaban por los sucesos ocurridos durante el día.
La Federación Local de CNT-València acordó convocar huelga general en toda la ciudad para el día siguiente. Acababan sumándose, en solidaridad, la totalidad de las fuerzas sindicales de aquella época (CCOO, UGT, USO, CSUT, SU, SLMM), así como muchos partidos de la Izquierda. Todos los barrios y pueblos del área metropolitana fueron cubiertos con octavillas informativas que relataban el asesinato, llamando a secundar la huelga.
La huelga se desarrolló con gran éxito desde primera hora de la mañana: los trabajadores convocan asambleas en sus empresas, correos no reparte correspondencia alguna y los centros comerciales se encuentran casi desiertos. Los diarios de la prensa escrita reportaron la asistencia de unos 300.000 trabajadores gritando consignas de solidaridad, acompañando el coche fúnebre. Las calles estaban abarrotadas, los viandantes levantaban el puño mientras transcurría la marcha, numerosas personas lloraban y aplaudían asomadas desde los balcones. Los trabajadores y trabajadoras de Valencia despidieron al joven militante cenetista asesinado, mientras observaban su cadáver dirigiéndose al cementerio. El ataúd, cubierto por una bandera de la CNT, fue transportado por sus compañeros desde el Mercado de Abastos hasta su nicho.
Es de vital importancia para la lucha –presente y futura- velar por que atroces asesinatos e injusticias como la cometida contra nuestro compañero Valentín no caigan en el olvido. A pesar de haber transcurrido ya 39 años desde el asesinato de Valentín a manos de la policía, desde CNT queremos recordarle. Ni olvido, ni perdón.
Secretaría de Comunicación
Federación Provincial de València
Confederación Nacional del Trabajo (CNT)